Desde este mismo espacio hace algún tiempo hablaba de la propuesta de los libros de Ediciones Iamiqué, una editorial dedicada laboriosamente a divulgar ciencia y pensamiento con la vista puesta en los chicos, tarea interesante si la hay.

En particular, ¡Pellízcame! (Duthie – Martagón , 2019)  es un libro muy singular que se suma a la colección “Abre, mira, piensa” y que son parientes directos  de la colección “Los filosos” que las mismas autoras han escrito junto a Antje Damm  , todos con la intención de aportar a la mirada filosófica de los chicos (y los grandes también ).

No es novedoso el tema; vamos a encontrarnos hablando de la realidad.

¿Pero cuál realidad?

Pongámoslo en sus términos (los del libro, digo):

¿Alguna vez sentiste pena o lloraste por un personaje?

¿Qué diferencia hay entre sentir pena por un personaje y sentir pena por una persona?

¿Cómo sabés que lo que ves sigue ahí cuando cierras los ojos?

¿Eres más real en persona que en la foto?

Inquietante¿ verdad?

Vale decir que Pellízcame es un libro por demás atractivo: ilustrado convenientemente  en las páginas impares (con el impacto visual que eso tiene) y una batería de preguntas/apreciaciones   en las páginas pares,  ordenadas concéntricamente , de tal forma que la atención sobre la pregunta  te obligue a dar vuelta el libro como si fuera un objeto al que analizar pero también de tener a familia en derredor , hablando, pensando juntos porque los textos están dispuestos en la página hacia todos los puntos cardinales, directos a tus ojos desde donde los mires con destino final a que te cuestiones y nada más. Desafiándote  pero sin guía. Quiero decir: no hay un texto que dentro de su narrativa incluya las perspectivas “¿te parece bien? o ¿te parece mal?” (y no mide más que una regla escolar por lado).

No entra en las zonas morales (aunque las roza) pero si en las verdades: las verdaderas y las virtuales y verdaderamente te pone en aprietos singulares

Si hubiera una Oficina de Detección de Noticias Falsas ¿a quién contratarían?

¿cómo trabajarían?

¿Cómo sabemos de qué fuentes de información nos podemos fiar

 y de cuáles no nos podemos fiar ¿qué pistas hay?

Sin embargo, las propuestas finales (que no develaré por supuesto) son las que, a mi juicio, terminan de armar este trabajo singular abriendo nuevas puertas, porque está bueno desafiarse al momento de  preguntarse ¿es mejor lo real que lo virtual?.

Texto de Roberto Szmulewicz, Librería "El Profe" ( Dina Huapi / Río Negro / Argentina)