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  ACTUALIDAD  17 de junio de 2019
Tres muertes a destiempo

imagen de Agencia Para la Libertad

El asesinato de Diego, Nino y Sergio en Bariloche (17/06/10) se trasformó en un hito sin precedentes en la memoria colectiva de la ciudad

Era jueves de madrugada… Corría el 17 de junio de 2010.

Bariloche se mantenía en calma, en esa calma que suele caracterizar a nuestra ciudad cuando pretende simular que nunca pasa nada...Sin embargo ese día quedó signado en la memoria colectiva como el día de "La Masacre del Alto".
Era madrugada cuando Diego Bonnefoi fue baleado a dos cuadras de su casa. Cayó muerto sobre la tierra de una plaza. Tenìa 15 años…La policía argumentó que había sido un tiro que se escapó en un forcejeo tras un intento de identificación; luego, se desdijo y afirmó que el disparo "ocurrió"  como consecuencia de la persecución que tuvieron que hacer tras un asalto que Diego habría realizado con algunos cómplices. Lo cierto es que recibió una bala en la cabeza y cayó muerto. Lo mataron.
Siempre recuerdo las palabras de Andrés Paillalef, sociólogo, a quien entrevisté días después de los violentos hechos en este Bariloche que a partir de ese momento dejó de estar en calma: "TODOS LOS CHICOS NACEN BONNEFOI" me dijo…"PORQUE EN FRANCES BONNEFOI SIGNIFICA BUENA FE" sentenció y el silencio en la conversación fue cobrando más sentido que tantas palabras. Sería algo así -  recuerdo que alcancé a acotar - como que NIGUN PIBE NACE CHORRO. Pero Diego tenia marcado su destino. Ese día, a esa hora, en esta ciudad. Nadie puede asegurar que quizás su suerte hubiese sido otra; la de un camino mejor, la de una historia de vida y no de muerte. Nadie puede asegurarlo pero tampoco negarlo. Hubiese sido una posibilidad. Sin dudas, la más justa. Pero no. A sus 15 años la bala que salió de un arma reglamentaria, manejada por un uniformado, decidió ponerle fin a 15 años de vida y a un futuro por delante.
Era un pibe de apellido conocido en el ambiente delictivo. Y en eso, parte de Bariloche encontró la justificación. Dolorosa por cierto. Injusta por demás. Pero otra gran parte de Bariloche sintió en carne propia la bronca, el dolor, la angustia y la impotencia de volver a ser testigos de cómo la injusticia social hace estragos en cualquier sociedad. Los vecinos del barrio Sara María Furman fueron los primeros en amanecer de un cachetazo inesperado. Y rápidamente alzaron sus puños, que eran ni más ni menos que las voces acalladas. Ese primer día de conflicto social hubo al menos 23 heridos por perdigones de la policía. Y entonces la muerte volvió a golpear sin previo aviso. Esta vez, rápidamente se supo que las balas salieron de las armas de la policía y no había confusión que sirviera para distraer. Nicolás Carrasco, aspirante a futbolista y albañil de 16 años y Sergio Cárdenas, padre de dos hijos y empleado de cocina en el hotel Llao Llao fueron los blancos de la desidia y del abuso de poder. NINO, asi lo llamaban a Carrasco, cayó al suelo alrededor de las 16.30 de ese mismo jueves, a unas dos cuadras del lugar donde habían matado a Bonnefoi y a una de la comisaría 28 que era el lugar a donde se dirigían todas las protestas. Fue el único de los tres pibes baleados que llegó vivo al hospital, trasladado en un vehículo particular ante la desesperación de los vecinos al ver a otro joven perdiendo la vida, mientras la ambulancia no arribaba al lugar de los hechos. Pero en pocas horas su vida también se transformó en muerte.
Sergio Cárdenas, de casi 29 años, llegó al Hospital Zonal poco después que Carrasco. Pero murió de inmediato. Trabajaba desde hacía un año y medio en la cocina del Hotel Llao-Llao. Le gustaba mucho el fútbol y hacia unos días había pedido sus vacaciones para poder mirar el mundial por tv porque le quedaba algo a trasmano llegar hasta Sudáfrica….
Sergio se acercó a ver qué pasaba con sus vecinos. La curiosidad lógica de aquellos a quienes nos importa lo que pasa a nuestro alrededor. Su barrio estaba convulsionado. Salió, quiso mirar de cerca. Sergio no volvió nunca más a su casa. En 2010 tenía un hijo de cinco años y una nena de tan solo uno. Quedaron huérfanos de padre. Y quedaron también huérfanos de justicia. Porque nada, ni nadie, les devolverá a su papá.
El gobernador de la provincia de Río Negro, Alberto Weretilnek, expresó públicamente en aquella oportunidad: “Ninguna sociedad se construye en base a la impunidad”. Y eso golpeó aún más a quienes habían perdido a su seres queridos. Porque ALGUIEN le había dado la orden a la policía de reprimir, de no medirse. Y ese ALGUIEN decidió también que después hubiese, por mucho tiempo, NADIE responsable. Recién en  octubre de 2018 se realizó la etapa testimonial del juicio en el que los responsables de la "Masacre del Alto" fueron declarados culpables y condenados - en primera instancia - a cumplir 4 años de prisión efectiva. Y en diciembre de ese mismo año se formalizó la sentencia: 4 años de prisión efectiva e inhabilitación por 8 años para ejercer cargos públicos al  ex secretario de Seguridad, Víctor Cufré, y a los jefes policiales, Jorge Villanova y Argentino Hermosa, tras econtrarlos responsables de “homicidio culposo” e incumplimiento de sus deberes como funcionarios públicos. Similar pena recayó sobre los agentes policiales Víctor Sobarzo, Marcos Epuñán y Víctor Pil. Sin embargo a pesar de la sentencia, los asesinos siguen en libertad. 

El único policía que se encuentra cumpliendo pena efectiva es el ex cabo de la policía de Río Negro, Sergio Colombil, acusado de ser el autor material del asesinato de Diego Bonefoi, el pibe de Bariloche de 15 años, al que no le permitieron si quiera intentar un futuro mejor al de su cotidiana realidad.

Así, el 17 de junio de 2010 se convirtió, aunque muchos quieran olvidar, en un hito en la memoria colectiva de Bariloche. Recomiendo escuchar la entrevista al Dr. en Física Rodolfo Pregiasco, perito que testificó en la causa, realizada en un Café a la Turca, pero de 2018:  https://araziroxana.com.ar/nota/137/crimenes-del-alto-bariloche? .

Nada fue ni es ni será lo mismo después de aquél día. Y desde entonces, los familiares del 17 de Junio y organizaciones de DDHH, sociales, culturales, sindicales y políticas, mantienen viva la memoria y el recuerdo de esa verdadera "Masacre del Alto", como ocurrirá hoy, 17 de junio 2019, en la que el dolor no logra mitigarse. En esta jornada se llevará a cabo una marcha que partirá a las 17 horas desde Onelli  y Brown hacia la Plaza de Los Pañuelos, por Memoria, Verdad y Justicia, para culminar con lectura de un documento y  la intervención artística de las Murgas Herederos de Kazó y la Retobada.   

Porque aunque a algunos sectores de la ciudad turística les pese, hay otra gran porción de habitantes que seguimos exigiendo:
-Que se cumpla la sentencia: Cárcel común y efectiva a los asesinos de Nino y de Sergio y de todos los heridos. 
-Basta de represión y persecución policial a los jóvenes en los barrios. 
-Que el poder político y judicial actúe sobre las graves denuncias de apremios ilegales que se suceden cotidianamente en las comisarías de Bariloche,  especialmente en  la  42° donde la fiscalía hizo pública la existencia de más de 50 denuncias. 
-Basta de impunidad policial. 
-NI UN PIBE, NI UNA PIBA MENOS!!!.


Roxana Arazi



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