Decir mucho en pocas palabras
Un libro al revés y al derecho
Somos muchos los que nos gustan los libros ilustrados o los libros álbum.
Es un tipo de libro que te obliga a otras cosas que el libro “convencional”.
Y no por ser ilustrado ni porque surjan voces infantiles es un libro infantil (ni deja de serlo).
Los ilustradores soplan sobre las astillas que dejan los lápices de los escritores y bajo ellas aparecen algunos sentidos ocultos del texto que se revelan ante tus ojos con una dimensión distinta. Quiero decir, claramente, que acaso arman su propio texto aunque sean compañeros de página.
Y entonces, cooperativa y solidariamente, sucede el milagro: hay un libro que cuenta quien escribe el texto, otro que hace el ilustrador y en su fusión aparece lo que vos tenés en tus manos que son todas partes de un mismo todo.
Una de esas experiencias es, justamente, Mil nueve setenta (o el mundo al revés) con autoría de Virginia Schuvab, ilustraciones de Alicia Pez y (una novedad que va a tener su párrafo) traducción al mapuzungún de Pablo Cañumil (Artilugio, 2020)
La historia refiere a unas hermanas que se quedan solas en su casa al cuidado de la mayor de ellas quien asume el relato y los recuerdos que, como nos sucede a todos, se alternan naturalmente: podría decir algo así como “me gustaría estar con mi abuela, que normalmente es quien nos cuida cuando mamá y papá se van a trabajar, pero como mi abuela está enferma, es mamá quien la va a cuidar y a nosotras nos suceden algunas cosas que debemos enfrentar por primera vez.”
Sintéticamente podría decirse que la historia escrita puede ser eso (aunque no es textual) y nada más.
Pero no es cierto.
El texto, con la profundidad de la inocencia de la infancia de la narradora, realista y contundente en su mirada, escrito con mano sabia, descubre velos que se apoyan en la ilustración sobre fondos esencialmente negros y colores contrastantes y poderosos.
Y las ilustraciones, que no tienen ni un trazo de más ni de menos, que juegan con una paleta de colores amplia y con el objeto-libro de papel al derecho, al costado y al revés, no tienen desperdicio alguno, se hacen uno con el texto y le aportan sentido a la narración.
Y entonces un texto relativamente breve puede leerse en una dirección pero de varias formas.
Ya se que suena complejo, pero cuando tengas el libro entre manos, por favor seguí estas últimas líneas y decime si no es como te lo cuento.
Lo siguiente que no es nada menor, es la decisión de incluir su traducción en mapuzungun.
Como todo, es claramente una toma de posición.
Sostienen textualmente:
“Elegimos incluir la traducción del texto en mapuzungun ya que como habitantes no mapuche de Bariloche (Río Negro, Argentina) es nuestra intención alentar el diálogo, el respeto y el encuentro entre lenguas y culturas. Apoyamos una política linguística que visibilice y revitalice las lenguas de los pueblos originarios preexistentes al Estado nacional.”
Nada menor, dije mas arriba: un texto bello en una historia original, nueva y contemporánea, sumándose al esfuerzo para que la rueda de la visibilización y revitalización de una lengua silenciada, vuelva a ser cotidiana.
Muchas virtudes dispuestas a ser compartidas en un solo libro.
P/ Roberto Szmulewicz, Librería "El Profe" (Dina Huapi / Río Negro / Argentina), Premio: "Pregoneros 2019"