Cine Recomendado / Por Hugo Corso (LXXXIX° entrega)

* “Esperando al mar”, de Lucas Peñafort y Fernando González (Argentina 2024), documental, 62 minutos.

El Mar de Aral es una laguna o mar interior del Asia Central, ubicado entre Kazajistán (al norte) y Uzbekistán (al sur). Desde ser uno de los cuatro lagos más grandes del mundo, se redujo a menos del 10% de su tamaño original, a causa del desvío de las aguas de los dos ríos que lo alimentaban, realizado en la década de los 60 por la URSS para riego de cultivos de algodón.

La mayor parte de la superficie que ocupaba el mar se transformó en un desierto de arena y sal. El mar quedó dividido en dos, y la parte norte se está recuperando parcialmente gracias a una represa, con lo que desde 2013 ha vuelto también la pesca. La parte sur, probablemente se seque definitivamente a causa de su abandono.

Los directores argentinos Lucas Peñafort y Fernando González filmaron la vida en el lugar, desde un puerto de pescadores que ya no tienen mar, y donde solo quedan barcos abandonados y la nostalgia por lo que fue. Con pocas palabras y con tomas realizadas con sentido poético, elaboraron un documental notable.

Disponible en cine.ar

* “Malos hábitos” (Nun or never!), de Heta Jäälinoja (Finlandia 2023), 11 minutos.

Este corto de animación tiene lugar en un convento de monjas, en el que una de ellas descubre un hombre en el huerto. A partir de allí, su percepción de la realidad se ve cuestionada, y se pregunta si el secreto de ocultar a ese hombre y su deseo pueden coexistir con la armonía de su grupo.

Una producción original, con un hermoso dibujo estilizado.

Disponible en MUBI

* “No hay osos” (No Bears), de Jafar Panahi (Irán 2022), con Jafar Panahi, Naser Hashemi, Vahid Mobaseri, Bakhtiyar Panjei, Mina Kavani y Reza Heydari, 107 minutos.

Uno de los directores iraníes más prestigiosos, junto a Abbas Kiarostami, Jafar Panahi, filmó esta película premiada en la Mostra de Venezia, que juega entre la ficción y el documental. Su presencia en un pueblo de Irán cercano a la frontera con Turquía es vista con desconfianza a raíz de una supuesta foto que tomó a una pareja, y que entraría en conflicto con la concreción de un matrimonio.

Por otra parte, Panahi como protagonista de su film y proveniente de Teherán, no termina de entender algunas tradiciones locales, y prácticamente se ve forzado a escapar del pueblo para no tener problemas con la policía del régimen. Dentro de los mecanismos de intimidación, circula el mito de la presencia de osos para asustar a los que piensan escapar cruzando la frontera. La película es un reflejo de los problemas internos del pueblo iraní, por motivos tanto políticos como religiosos.

Exhibida en Cine en el Cívico