Cambio climático: producto del consumo desmedido e innecesario
"Medir nuestra propia huella ambiental: la clave para tomar conciencia del consumo desmedido" Entrevista a Sergio González, Coordinador del Grupo Nacional de Ambiente de la CTA de los Trabajadores y Trabajadoras
Sergio González es docente, Supervisor de Educación Media Zona Andina y Coordinador del Grupo Nacional de Ambiente de la CTA de los Trabajadores y Trabajadoras, desde donde trabaja sobre las actividades que la central tiene a lo largo y ancho del país en materia de Cambios Climáticos y Ambiente y a través de la cual participa a nivel internacional de instancias como la Conferencia de las Partes, organizada por las Naciones Unidas, para tatar el tema específicamente y que ya lleva 25 encuentros, aunque - según apreció - “con poco avance en ese sentido”.
Al Cambio Climático se lo define habitualmente como la modificación del clima que ha tenido lugar respecto de su historial a escala regional y global. En general, se trata de cambios de orden natural, pero actualmente se los encuentra asociados al impacto humano sobre el planeta. Pero ¿de qué manera generamos los habitantes del planeta ese impacto en el medio ambiente que repercute, inevitablemente, en nuestra calidad de vida presente y futura?.
En una entrevista exclusiva para Café a la Turca, González se refirió a las causas y consecuencias de algo de lo que hablamos casi a diario como un fenómeno propio de estos tiempos, pero sin detenernos ni un instante a pensar en la manera en que podríamos colaborar para mitigarlo, señalando que “el cambio climático al que nos referimos es producido básicamente por la actividad humana y define todas las tensiones que hay actualmente en el mundo”. “No son los (cambios) que se dan naturalmente en grandes períodos de tiempo en la tierra como por ejemplo la glaciación” – aclaró - sino “los cambios que son producidos por los gases del efecto invernadero y que están íntimamente ligados con el comienzo de un modelo colonial y después capitalista, a partir de la Revolución Industrial”.
¿Cómo se vincula la actual situación del planeta en materia climática con ese proceso de transformación económica, social y tecnológica iniciado durante la segunda mitad del siglo XVIII en el Reino de Gran Bretaña, que se extendió unas décadas después a gran parte de Europa occidental y América Anglosajona y que concluyó entre 1820 y 1840?. Para el docente especialista en la temática, el paso de una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio a una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada, con un modelo que invita de manera constante al consumo masivo, es el verdadero trasfondo del cambio climático que afecta a todo el planeta en mayor o menor medida. En definitiva, como en la Segunda Guerra Mundial, lo que está dañando nuestro hábitat natural –indicó - “es la ambición de aquellos que buscan dominar las economías a través de generarnos un consumo exacerbado”.
Para tomar conciencia del daño que se está produciendo - o debiéramos asumir y afirmar que estamos produciendo -, basta con medir nuestra propia huella ambiental aún convencidos que vivimos en armonía con la naturaleza. Para ello González ejemplificó: “contemplando que tenemos un tv, un lavarropas, que viajamos, tenemos un auto, consumimos tal o cual cosa en nuestra vida diaria, podemos asegurar que necesitamos casi dos planetas de superficie cultivable para sostener este modelo de vida; y más aún – resaltó -, si viviéramos como un canadiense, que parece tener una sociedad organizada, necesitaríamos cinco planetas”, relación que surge en base a la capacidad de consumo que poseen en dicho país.
“Consumimos mucho más de lo que verdaderamente necesitamos y las cosas están pensadas para tener un vencimiento muy pronto” afirmó González y a partir de allí sentenció que “generamos un círculo vicioso porque en realidad es una producción lineal: nosotros sacamos recursos naturales, los procesamos usando mucha energía, cada vez más; eso genera emisión de gases; desmontamos, hay menos árboles que puedan absorber esos gases; tiramos enormes cantidades de comida, aún en un país como Argentina productor de alimentos para 400 millones de seres humanos pero en el que hay hambre, y así generamos un modelo de producción y de consumo que es totalmente insostenible en el tiempo”.
Para Sergio González estamos agotando de manera sostenida la “capacidad de la tierra de producir esos bienes porque, sin dudas, consumimos mucho más de lo que verdaderamente necesitamos; generamos más necesidades y productos que tienen una caducidad determinada y que producen una enorme cantidad de gases que se condensan inevitablemente en la atmósfera”.
En definitiva, hablar del cambio climático resulta un acto prácticamente inconciente si no tomamos real dimensión que los actuales modelos de producción y de consumo, son “totalmente insostenibles en el tiempo” y que más allá de todas las reuniones para debatir sobre el cambio climático en el mundo que, como expresó al principio González aún manifiestan “poco avance en ese sentido”, mucho depende de la toma de conciencia y del cambio de hábitos de cada uno de los habitantes del planeta Tierra.
Roxana Arazi