María teresa Andruetto
Para hablar de la lengua y sus ecos
¿Qué tendría de interesante leer un discurso de otra persona hablando sobre la lengua que hablamos? ¿Tanto puede tener que decir al respecto? ¿Qué me garantiza que no será un libro lleno de cuestiones teóricas que le importan sólo a la gente que trabaja con la palabra?
A las tres preguntas, una única respuesta: María Teresa Andruetto hace todo interesante y, como dicen sus editores, al escucharla, leerla o conversar con ella, uno se intuye en ronda alrededor de un fuego milenario abonado por la palabra de cientos de historias.
Y acaso mas: sus palabras funcionan como dardos a quienes portamos esta lengua como materna y le damos uso corriente, desconociendo aspectos cuyos velos va a ir levantando durante el transitar de su periplo por esa grieta, esa fisura – como ella la denomina – donde pone el ojo para dejar pasar cierto hilo de luz, ciertas palabras, ciertas certezas.
El libro se llama Ecos de la Lengua y vio la luz en Septiembre de este año.
Rescata íntegramente la ponencia de cierre de la autora en el Congreso Internacional de la Lengua Española realizada en la ciudad de Córdoba a finales de Marzo 2019; la acompañan de un reportaje que le realizaron posteriormente para profundizar en los temas que abarcó y un Des-glosario que va a merecer un párrafo al final de esta nota.
Cinco cuestiones van a estar presentadas a lo largo del texto, con intereses muy diversos, pero todos de una hondura mayor y que, acaso, no teníamos idea que importaba tanto como lo que la autora pone de relieve, señala y fundamenta mas que acabadamente. Y en cada uno de ellos están los temas que le hemos leído: nuestro derecho hablar como hablamos, con nuestros giros, regionalismos y otras lindezas propias del castellano, la soberanía del castellano que hablamos en América (que la Academia denomina americanismos, como si fuera una excentricidad de la lengua).
Y también aporta sobre el lenguaje inclusivo (un poco mas de dos páginas para observar el entorno, fundamentar y darte a comprender que la lengua es mía pero no solo mía ), aunque la Academia haya preferido no poner ni una sola mesa de discusión sobre esta temática durante el Congreso que tuvo 250 ponentes de 32 países, aún con la vigencia que tiene y la polvareda que levanta por aquí y por allá. Y también mostrar las perplejidades que asoman en su futuro.
Finalmente el castellano como lengua de las ciencias y el conocimiento, científica y filosófica, ingresando al diálogo, en tensión con el inglés como lengua dominante y acaso pretendida lengua única para el universo científico de camino a que el conocimiento académico tenga un “internacionalismo de otro orden, babélico, no monolingüe” dice, citando al también cordobés Diego Tatián.
Cerrando la exposición retoma varias cuestiones que son propias de su estilo y sus temáticas pero que condensa como nadie cuando nos propone la escena de algún mayor contándonos una historia en la lengua materna de quien la oye y este se emociona porque “al evocarlo los recuerdos tomaban vida propia”.
Acaso la virtud de su escritura y este mismo discurso, está en que cuando uno cree que le está dando respuestas concretas, en realidad, está abriendo un universo de nuevas preguntas.
Párrafo aparte para el des-glosario: un acierto fundamental del libro y sus editores. Unos asteriscos marginales que se ponen en línea con algunas palabras que habrá que buscar allí, al final del volumen, que a manera de convite acompañan aún más las expresiones de la autora y le suman referencias, nuevas citas, nuevas lecturas y nuevos textos en códigos QR.
Para cerrar, un libro al que los gustosos de la temática seguramente tendrán entre sus preferidos, los iniciados lo podrán saborear por la cantidad de temas que abarca y desgaja y los recién llegados a la lectura comprenderán que el universo se abre cuando uno se deja llevar por la palabra dicha como manta y abrazo.
P/ Roberto Szmulewicz, Librería "El Profe" (Dina Huapi / Río Negro / Argentina), Premio: "Pregoneros 2019"