"La puta que te parió"... SÍ.... Todes, NO.
Entrevista exclusiva de Café a la Turca a Julia Zullo, Doctora de la Universidad de Buenos Aires (UBA) con mención en Lingüística; titular cátedra de Sociolingüística (UBA) y profesora adjunta interina en la cátedra de Análisis de los Lenguajes de los Medios Masivos de Comunicación (UBA). Escuchar acá:
Los seres humanos insultamos. No siempre de manera sutil. Lo hacemos con palabras que agravian y que, hasta no hace mucho, utilizábamos sin prestar debida atención a lo que realmente implican por sí mismas ni a lo que causamos cuando las inferimos a otras personas.
Hijo/a de puta; conchuda; la puta que te parió; me cago en vos; andate a la mierda; sorete; la concha de la lora; boludo/a; pelotudo/a; forro/a; puto/a; negro/a de mierda y más... Podríamos decir que el "lenguaje" en materia de insultos e improperios no tiene límites. Al punto tal que muchos de ellos han sido incluídos (permitidos) por la Real Academia Española (RAE) en el diccionario de la lengua española. Real, como explica Julia Zullo (*), "no por provenir de verídico, sino de la realeza". Una "realeza" que aún pretende decirnos qué términos podemos usar y cuáles no. Como si el poder que supo adquirir y sostener hubiese sido legitimado por los millones de seres humanos en el mundo de habla hispana.
Ocurre, aunque no se quiera aceptar, que el lenguaje es dinámico; se va conformando con nuevos vocablos que surgen de repente y que van tomando consistencia en las formas de hablar de distintos grupos. Y nos vamos apropiando de esos téminos hasta que es imposible negarlos. Lo mismo ha ocurrido con tantas palabras surgidas del lunfardo (piba; mina; galán; bondi; changa; chapar; chamuyo; facha y tantas otras). Y hasta con palabras que se suponía eran inaceptables para la mismísima RAE como por ejemplo alverjas y almóndigas, por mencionar sólo algunas de las más conocidas.
Por otra parte y tras el vertiginoso avance del uso de las tecnologías, sobre todo en materia de comunicación, la "gran escuela del habla...." incorporó nuevos términos como bitcóin, bot, ciberacoso, ciberdelincuencia, criptomoneda, geolocalizar o webinario.
Sin embargo... el lenguaje inclusivo pareciera no estar dentro de las futuras acepciones previstas por la Real Academia Española.
En ninguno de los casos mencionados anteriormente - y hay muchísimos más - se ha generado el rechazo que sí provoca el lenguaje "inclusivo" en distintos segmentos de la población que no solo lo niegan porque no conciben el @, la x y menos que menos la e, y porque la "gran" RAE no lo admite, sino - o en realidad - porque no pueden aceptar la diversidad de género, ni sexual, en cualquiera de sus formas que no sea la binaria.
En esta entrevista de Café a la Turca, Julia Zullo (*), Doctora de la Universidad de Buenos Aires (UBA) con mención en Lingüística; titular cátedra de Sociolingüística (UBA) y profesora adjunta interina en la cátedra de Análisis de los Lenguajes de los Medios Masivos de Comunicación (UBA), explica sin rodeos y con fundamentos prácticamente imposibles de refutar a pesar de la negación de ese segmento poblacional que se siente con poder de decidir por "todxs", qué significa el lenguaje inclusivo, por qué es rechazado y hasta prohibido - como recientemente ha determinado Horacio Rodríguez Larreta, Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), cuál es la verdadera lucha que se presenta y por qué es necesario "militar el lenguaje".
Entrevista de Roxana Arazi
(Nota asociada: https://araziroxana.com.ar/nota/421/el-lenguaje-inclusivo-es-una-lucha-que-disputa- privilegios - Santiago Kalinowsky)