Catedral "Nuestra Señora del Nahuel Huapi", un ícono arquitectónico de Bariloche
La Iglesia Catedral de San Carlos de Bariloche “Nuestra Señora del Nahuel Huapi”, templo referente de la religión católica de la ciudad, es un ícono arquitectónico de incalculable valor estético e histórico. Corresponde a la Diócesis de Bariloche, sufragánea de la Arquidiócesis de Bahía Blanca.
Ubicada en la intersección de las calles Vicealmirante O’ Connor y Beschtedt, en pleno centro de la ciudad, el Templo Mayor está rodeado por dos grandes jardines, algunas esculturas artísticas al aire libre y de fondo, como enmarcándola en un portarretratos, el Lago Nahuel Huapi en su máximo esplendor. El entorno natural y su sencilla pero imponente arquitectura, la convierte en visita obligada no sólo para los fieles católicos, sino para toda persona que arriba a San Carlos de Bariloche.
Su construcción fue obra del arquitecto Alejandro Bustillo, hermano del por entonces Presidente del Directorio de Parques Nacionales, Dr. Exequiel Bustillo, quien ofreció realizar el proyecto de manera gratuita. Esta obra se caracteriza por tener un estilo neogótico (arcos apuntados; bóvedas de crucería; contrafuertes y arbotantes; ventanas y vidrieras), con reminiscencias francesas y exaltando las características del mundo medieval.
Proyecto ambicioso para la época -1942- , y con pocas posibilidades de contar con el financiamiento por parte de la comunidad de fieles, el entonces Gobierno de la Nación Argentina decidió aportar fondos para su concreción y fue ese mismo año en el que se logró la regularización dominial de las tierras en las que estaría emplazada hasta la actualidad. Sin embargo, la Catedral de San Carlos de Bariloche, aún no está totalmente concluida, lo que no implica que no goce de una belleza cautivante. No es poco frecuente escuchar en voces tenues, propias de quienes recorren ámbitos de religiosidad, frases como: “aquí hay una energía especial…”. “En esta catedral la arquitectura y la fe se fusionan en armonía…”.
Pasaron dos años a partir de ese momento hasta concluir la estructura de hormigón donde se erigiría la obra, que estuvo a cargo de la Compañía General de Construcciones con la conducción del Ingeniero Pedro Faukland, acompañado por Esteban Capitanich como primer capataz.
Los picapedreros comenzaron a ser parte indispensable de las construcciones emblemáticas de Bariloche. Y en la Catedral, fueron esos hombres de oficio los responsables de otorgarle su fisonomía definitiva.
José Lukman, esloveno de nacimiento, picapedrero por herencia, recibido en su juventud tras cuatro años de escuela tallando en las cavas romanas de Aurisina (Italia), quedó a cargo de guiar al equipo conformado por alrededor de 20 personas, de los cuales sólo 6 conocían el oficio. Los restantes se convirtieron en aprendices y a partir de allí en hacedores de la historia arquitectónica no solo de la Catedral, sino de muchas de las emblemáticas obras de la ciudad lacustre, pese a que la mayoría de ellos no goza de reconocimiento explícito, a pesar del tiempo transcurrido y de haber sido verdaderos artistas del arte en piedra.
Para la construcción se utilizó “piedra blanca”, extraída de las canteras ubicadas en el cerro Carbón, al sur de la ciudad y según la apreciación de algunos feligreses es curioso notar “cómo el efecto que genera ese mineral, puede transportarnos a un mundo interior de sensible austeridad”.
El edificio tiene forma de cruz latina. Su cabecera está orientada exactamente al Este, recibiendo la luz solar desde el inicio del día que logra variaciones múltiples tras atravesar los distintos vitrales, mientras que desde el exterior, se generan planos de luz y sombra acentuando sus rasgos arquitectónicos.
El techo, de piedras negras, culmina en un campanario en forma de aguja de 69 metros de altura.
Para obtener los recursos faltantes, el Dr. Exequiel Bustillo creó una Comisión de Damas, presidida por la señora Isabel Nevares de Ortiz Basualdo - hermana del obispo neuquino Jaime de Nevares- que logró reunir el dinero necesario para encargar los vitrales que hoy la distinguen, al destacado experto en el arte preciosista del vitral, el francés Enrique A. Thomas, residente en Buenos Aires. La decisión de las imágenes fue consensuada con Monseñor Nicolás Esandi, Obispo de Viedma (Río Negro), considerado “el conquistador de almas de la Patagonia”. Fue así que para el primer vitral se decidió plasmar la imagen de Nuestra Señora del Nahuel Huapi - patrona del templo- y luego llegaron los que representarían a las poblaciones indígenas de la zona; otro con las imágenes del Jesuita Nicolás Mascardi, de Fray Francisco Menéndez, de Ceferino Namuncurá y del Padre Milanesio considerado “el primer curita del pueblo de Bariloche”.
Pero en una especie de contradicción perpetua entre “conquista y dominación”, hay un vitral que representa el exterminio de los mismos indígenas, a través de la figura del General Julio Argentino Roca, responsable de la denominada Conquista del Desierto y, acorde seguramente a la época donde las elites sobresalían y hasta eran de alguna manera enaltecidas, gozan de sus vitrales los propios creadores del templo: los arquitectos Alejandro Bustillo, representado como San Rafael y Miguel Angel Césari, como San Miguel Arcángel.
Los vitrales fueron colocados en 1947 y de esa forma se dio por inaugurada la obra por fuera, permaneciendo el interior en bruto y con piso de cemento alisado, durante mucho tiempo. Los primeros bancos con que contó este templo fueron provistos por vecinos de la ciudad, entre ellos, Luis Fernández y Pablo Depellegrin, en tanto en el Campanario se instaló un carrillón con amplificadores que, durante varios años y hasta la colocación de la campana, acompañó con un sonido muy particular a la población de Bariloche.
La escultura de la imagen de la Virgen que se encuentra en el portal del templo fue tallada también en piedra blanca por un obrero llamado Giovanni Battista Andreoli, a la que él mismo llamó “la Madona” (denominación convencional para designar el tema artístico más frecuente en la iconografía del arte mariano y uno de los más tratados en todo el arte cristiano: La virgen María, madre de Jesús).
Impactantes y de una belleza inusual son las 14 estaciones del Vía Crucis, piezas de arte religioso contemporáneo con motivos de los inicios del cristianismo, moldeadas en forma ojival en arcilla y cocidas en horno cerámico, realizadas posteriormente por el arquitecto Alejandro Santana, de Bariloche, en las que pueden encontrarse referencias al obispo Enrique Angelelli (asesinado por la última dictadura militar en Argentina), a la Madre Teresa de Calcuta (canonizada en septiembre de 2016 por el Papa Francisco) y temas de la religiosidad popular.
Fotos, textos e ilustraciones del proyecto original permanecen resguardados en el ábside de la iglesia, en un pequeño museo que puede ser recorrido por los visitantes.
Esta Catedral no sólo es ámbito de ceremonias religiosas, sino que con frecuencia se transforma en escenario de conciertos de música clásica y en diciembre de cada año, se celebra allí la tradicional Navidad Coral a cargo del Coro de Niños y Jóvenes Cantores de Bariloche.
Cabe mencionar que en 2012, la Dra. Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina (2007 / 2015), eligió el Templo Mayor de esta ciudad patagónica para el Tedéum del 25 de Mayo y, como otro dato de certificación de su valor arquitectónico, la Senadora Nacional Silvina García Larraburu presentó un proyecto de ley para declararla Monumento Histórico Nacional “por sus especiales valores religiosos, históricos y arquitectónicos que la convierten en un referente cultural”.
En julio de 1993, el Templo Mayor -que hasta entonces dependía de Viedma (capital de la provincia de Río Negro)- fue consagrado como Catedral de la nueva Diócesis de Bariloche.
Un año después, cuando San Carlos de Bariloche se convertiría en sede de la V Cumbre Iberoamericana de Presidentes, los arquitectos barilochenses José Orol y Martín Jerman llevaron adelante nuevas obras que incluyeron el levantamiento del piso, la colocación de un sistema de calefacción sueco y el tapizado de los muros con celdas prefabricadas que se rellenaron con la piedra original de la construcción.
El 4 de junio de 2016 se cumplieron 70 años de la Catedral de Bariloche construida por Alejandro Bustillo en honor a "Nuestra Señora del Nahuel Huapi". Años antes, también un 4 de junio pero de 2004, llegó desde Achao, isla de Chiloé, Chile, una réplica de la imagen “perdida” de la Virgen que acompañó al primer asentamiento jesuita a orillas del Nahuel Huapi, hace más de 350 años. Dicha réplica fue realizada por el escultor chilote Milton Muñoz en un bloque de milenario alerce. Hoy dicha imagen se expone en el Altar Mayor de la Catedral y es considerada Patrona de la ciudad.
QUIEN FUE ALEJANDRO BUSTILLO?
(1889 – 1982)
El Arquitecto Alejandro Bustillo (Alejandro Gabriel Bustillo Madero, 1889 / 1982), fue uno de los arquitectos más importantes de la Argentina, dejando su impronta en varios sitios turísticos del país y especialmente en Bariloche.
El año 1938 marcó el comienzo de una carrera que le otorgó múltiples reconocimientos y satisfacciones personales, cuando resultó ganador, por ejemplo, del concurso para un “nuevo centro turístico” en Bariloche, actual Hotel Llao – Llao. Es importante destacar que dentro de las obras encaradas para la Dirección de Parques Nacionales, la del emblemático hotel fue la única obra por la cual Alejandro Bustillo recibió honorarios como arquitecto, luego de que le fuera adjudicada por un jurado en el que no participó su hermano.
En el resto de las obras participó ad-honorem, como en la Intendencia del P.N. Iguazú y Nahuel Huapi; en la Capilla San Eduardo (S.C. de Bariloche); en la Capilla de la Asunción y Hotel Messidor de Villa La Angostura y en la Hostería de Isla Victoria, por mencionar solo algunas.
Entre otras numerosas obras arquitectónicas públicas y privadas, figuran el Edificio de Movilidad del Parque Nacional Nahuel Huapi, la Plaza Perito Moreno y el refugio del Cerro Catedral, todas en San Carlos de Bariloche, Rio Negro; el Complejo Bristol que incluye el Hotel Provincial y el Casino de Mar del Plata (pcia de BsAs), el diseño del edificio de la casa central del Banco de la Nación Argentina, el Banco Tornquist, el Hotel Continental y viviendas como la de la escritora Victoria Ocampo, todas ellas en Buenos Aires.
El Arq. Alejandro Bustillo formaba parte de un equipo de urbanistas coordinados por su hermano, el Presidente de Parques Nacionales, Dr. Exequiel Bustillo, entre quienes se encontraban además los arquitectos Ernesto Estrada y Miguel Ángel Cesari, propulsores del resto de las obras que caracterizan a la arquitectura de la ciudad como el Centro Cívico, entre otras.
Bustillo escribió además varios libros y artículos sobre arquitectura, estética y filosofía, éstos últimos publicados en el diario "La Nación", siendo socio activo de la Asociación Mundial de escritores y editores: Pen Club Internacional.
Alejandro Bustillo falleció en Buenos Aires el 3 de noviembre de 1982, a los 93 años de edad, luego de haber realizado más de 250 proyectos.
Roxana Arazi