"Una vida llena de vidas"
Entrevista exclusiva de Café a la Turca a la escritora barilochense Silvia Arana, autora de "Ancestros", un recorrido por la historia Argentina desde principios del siglo XVIII a través de personajes que conforman sus propias raíces. Escuchala acá:
Silvia Arana no se autopercibió escritora, pese a que desde muy pequeña las personas más cercanas de su entorno la impulsaban y estimulaban, sino hasta hace unos pocos años atrás. “Siempre me gustó escribir. Es una actividad a la que nunca me había dedicado de lleno, a pesar de los elogios que recibía en la escuela primaria y en el secundario. Se juntó con otras vocaciones: el dibujo y la docencia. Y con años, meses y semanas compuestos por días de veinticuatro horas, siempre me faltaba tiempo para alguna de ellas”, confió en esta entrevista para Café a la Turca (FM Horizonte, 94.5, Bariloche).
Descendiente de una familia que en el siglo XIX “tuvo participación activa en la historia de nuestro país” la autora de éste, su primer libro, “Ancestros”, relató que a su padre le gustaba hablarle de “Felipe Arana, canciller en el gobierno de Juan Manuel de Rosas”, y que sus abuelas, a su vez, le relataban historias del padre del diplomático “regidor del Cabildo de Buenos Aires” que fueron quedando en el registro de su memoria, junto a otras tantas “anécdotas familiares que no estaban en los libros de historia, pero llegaban de boca en boca”. Así recuerda, por ejemplo, cuando le contaron que “un mazorquero le pegó con brea la divisa punzó en el cabello a la madre de mi tatarabuela”, o cuando “el tío de mi bisabuelo, perdió la estancia jugando a la taba” entre otras. Hechos que además encuentran similitudes con muchas otras historias de la vida del mil ochocientos en la Argentina.
"Alguien tendría que escribir la historia de nuestra familia", le decía su padre de manera insistente. Hasta que un día llegó a sus manos el dibujo de su árbol genealógico, en el que encontró “muy ordenaditos, cada uno con su nombre completo y fecha de nacimiento, a mis abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, choznos, pentabuelos, etc.” y ese gráfico - que también se incluye en el libro -, se convirtió en el disparador final para decidirse a concretar lo que su padre soñaba.
A lo largo de la entrevista, Arana recordó que hasta ese momento, su vida “giraba alrededor de una vorágine de trabajo que no dejaba lugar a mucho más”. Sin embargo ese gráfico de sus antepasados “movió algo” dentro suyo. “Miré a mi papá y le dije: la historia de la familia la voy a escribir yo”. Y ya no vaciló más.
“Ancestros” no es un libro escrito por alguien que decide hacerlo y en pocos días lo escribe, publica y lanza al mercado por el impacto mediático propiamente dicho. “En los tres años que siguieron me aboqué a familiarizarme con internet, descubrir censos antiguos, perderme en el Archivo General de la Nación, del Museo del Cabildo, sorprenderme con retratos al óleo y daguerrotipos. Imaginé las calles empedradas de la Buenos Aires colonial, el peinetón apretando el cabello de ellas, la gorguera ahogando el cuello de ellos. Mezclé ese estilo de vida desconocido con las ambiciones y los miedos que son universales y eternos en todos nosotros, y me atreví a pincelar el corazón de cada personaje con mis desdichas y mis glorias” comentó con el dejo de tranquilidad que otorga la dedicación, investigación y cuidar los detalles para que un libro se convierta en una gran obra de historia novelada.
Silvia, en estos años de búsqueda de información y escritura, “no tenía computadora”. Tuvo que arreglárselas, primero para familiarizarse con la tecnología y luego para disponer de una PC que le permitiese avanzar en el trabajo. Al principio “iba a la casa de mi padre para escribir la historia, una o dos veces por semana” confió. “Él corregía algunas cosas, me sugería personajes nuevos " y también le pedía que intentara que no fuese “un documental". Quería que se tratase de “una historia humana, con pasiones, celos, alegrías".
Mientras el tiempo iba transcurriendo y se encendía la llama de la curiosidad por conocer sus propias raíces a través de esos hombres y mujeres que formaron parte de la historia argentina, aunque muchos de ellos y ellas no figuraban aún en ningún libro, un día Silvia finalmente encendió la computadora y - como ella misma expresa - “descubrí que mis personajes estaban esperándome para contarme cómo seguir”.
“Ancestros” comienza con la llegada a la Argentina de un inmigrante vasco en el siglo XVIII, y recorre la historia de nuestro país hasta la actualidad. “Cuando llegué al siglo XX (en el libro) escribí lo que me contaba mi abuela hace cuarenta años. Ella se sentaba conmigo, me mostraba las fotos viejas y secándose las lágrimas me decía: "Mi vida fue una novela", contó Arana.
“Alegrías, enojos, pasiones y dolores se superponen y hermanan con el crecimiento de una sociedad contradictoria” versa en la contratapa. Y puedo asegurar que a través de sus 486 páginas el libro produce todos esos sentimientos en los lectores casi de manera sostenida y es inevitable querer seguir leyendo una y otra página más.
Éste, su primer libro - porque no caben dudas que habrá otros - , que Silvia dedicó a la memoria de su padre José Joaquín Arana, es un reflejo exquisito sobre esas “alegrías, pasiones y desdichas” de quienes precedieron a la autora, pero logrado de tal manera que cualquiera que lo lea querrá ser protagonista de esta historia.
“Supe entonces que mi vida está llena de vidas. Es una sola y única, pero al mismo tiempo, un montón de vidas que se abrazan en una sola y vuelven a surgir, multiplicándose hasta el infinito” (Silvia Arana - “Ancestros”, página 457).
“Ancestros” está a la venta en “Chen Artesanías”, calle Parque Nacional los Alerces 131; en “Librería Cultura”, Av. San Martín 243, o puede adquirirse llamando directamente al 294 467 – 7542. También se encuentra disponible para su lectura en las bibliotecas Sarmiento (Centro Cívico) y Carilafquen (Villa Los Coihues). Los dos locales y ambas bibliotecas se encuentran ubicados en la ciudad de San Carlos de Bariloche, provincia de Río Negro.
Roxana Arazi