Qué nos dicen cuando nos dicen…
La intencionalidad de los mensajes subliminales en política
El Presidente Mauricio Macri recibirá el Premio honorífico "2018 Global Citizen Award" por la organización Atlantic Council, por "su dedicación incansable y desinteresada con su país y su gente".
Así lo cuentan los “grandes medios” y así llega a millones de personas consumidoras de esos mensajes. Sin embargo, y pese a que está explicado en el comunicado de la organización que otorga la distinción, lo que se valora del Presidente argentino es su "compromiso con la reforma económica y revitalización, y la renovación de las relaciones con socios internacionales ejemplificada por la actual presidencia argentina del G20". Es decir, el hacer bien los deberes que le ordena el FMI y la nueva sociedad con el país del Norte, lo que se traduce en políticas económicas y sociales de empobrecimiento para la clase trabajadora y los sectores más vulnerables.
Por otra pare Macri, este fin de semana en un nuevo “timbreo” armado para la ocasión, le dice a una familia de Mendoza – y a través de los medios que reproducen sin analizar llega a esos millones de personas – que tiene que “estar tranquilo, porque si me vuelvo loco les puedo hacer mucho daño a todos ustedes" (SIC).
No son palabras ni frases al azar. Están pensadas con un objetivo premeditado para lo que se suele utilizar el mensaje subliminal, ese que no se ve ni se escucha a simple vista y que es introducido con la manifiesta intención de provocar una idea o reacción a nivel subconsciente y otorgar una sensación a lo que nos están enseñando/mostrando/diciendo.
En el caso concreto de “si me vuelvo loco les puedo hacer mucho daño a Uds.”, Mauricio Macri generó varias “sensaciones”: están los que pensaron “ojalá no le pase nada al presidente porque si no nos vamos al…”; quienes dijeron: “si ya está loco… que más podría pasar en este país?”; los que argumentan que está de alguna manera amenazando o advirtiendo ante lo que se viene… y que además tendrá el justificativo de “volverse loco” y estamos quienes creemos que nada es casual y que se trató de una clara advertencia: “hago lo que quiero y no me jodan porque puedo hacer más…”. Y en ese más aparece un sinfín de medidas que pueden dañar más a la angustiante situación económica, social y política de un país que muchos sentimos está hundido en la más absoluta oscuridad, a diferencia de esa “luz al final del túnel” metáfora que supo utilizar tiempo atrás la Vice Presidenta, Gabriela Michetti, para hablar de “la esperanza de un país mejor” .
Así, con mensajes que no son percibidos de manera conciente, se influye en la conducta de quienes somos receptores del mismo. Es decir: se trata de mensajes diseñados para que se transmita por debajo de los límites normales de percepción, sin que se pueda recibir concientemente.
Cabe preguntarse entonces a quién/es les habló el Presidente Macri con ese spot del “timbreo”, filmado por su equipo de comunicación, área que manejan a la perfección para los objetivos que se plantean, y que se viralizó casi a la velocidad de la luz, a través de esos “grandes medios”. Me permito pensar que no le habla a los “pobres” según los cuales la Vice Gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, “no pueden pensar” (otro mensaje subliminal más); que no le habló al campo, sector que ya hemos visto cómo se favorece con las medidas económicas de CAMBIEMOS; que no se dirigió a la clase empresarial allegada a los CEOS que integran su equipo de gobierno. Nos habló a las clases trabajadoras. Pero tampoco a todos quienes la integramos, sino a quienes formaron parte del 51% que eligió este “modelo del cambio”, no porque estuviesen mal, sino porque la subliminalidad de los mensajes de campaña les llegó como el entonces candidato quería que les llegara. Se dirige constantemente a esa “clase media” que Juan Pablo Feimann (el filósofo, no el servil periodista Eduardo…), define como “clase media que no quiere ser clase media”. La misma sobre la que opina que “está contenta hasta que recupera su nivel adquisitivo” pero luego “se harta de los gobiernos populistas que les otorgan sus derechos y quiere ser clase alta” y entonces vota a estos modelos de gobierno “pensando que les va a facilitar ese ascenso” sin tomar conciencia que por el contrario, ese gobierno “va a gobernar solo para la clase alta”. Y es allí donde se empobrecen, pero “no quieren ser clase pobre”.
Es entonces cuando se dan cuenta que no pertenecen a ninguna clase, y comienzan a manifestar su malestar. Pero eso ocurre hasta que aparece alguien que les vuelve a decir lo que quieren escuchar, aunque subliminalmente les esté diciendo todo lo contrario.
Mientras tanto, en la Argentina de Mauricio Macri… “pasan cosas”.
Te invito a escuchar el programa completo desde acá:
(Crédito imagen: paginapopular.net)
Roxana Arazi