Este conjunto arquitectónico, asiento de la vida institucional de la ciudad y compuesto por distintas edificaciones, es asiento actualmente de la Municipalidad, del Concejo Deliberante, de la Biblioteca Sarmiento y su Usina Cultural, del Museo de la Patagonia Francisco P. Moreno, con las Salas Chonex y Frey  y de la Policía de Río Negro, rodeando  la plaza “Expedicionarios al Desierto”, rebautizada por muchos sectores de la población como “Plaza de los Pañuelos”, en homenaje a la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, cuyos hijos fueron muertos o desaparecidos durante la última dictadura militar en la Argentina. En el centro de la plaza, erguido sobre un pedestal de piedra, se levanta el monumento al Gral. Julio Argentino Roca, responsable de la denominada “Campaña del Desierto”, obra perteneciente al escultor Emilio Jacinto Sarguinet y sobre cuya permanencia en ese sitio, existen permanentes debates.

Además es, desde siempre, escenario de todo tipo de expresiones populares (artísticas, políticas, deportivas, turísticas, etc.). Al principio como lugar de encuentro entre los parroquianos; más tarde como espacio donde poder desarrollar  actos públicos (igual que hoy);  luego pasó a ser la plaza del pueblo en donde se podía pasear pero no debatir (durante la Dictadura argentina); más adelante se convirtió en postal turística y desde hace tiempo, ese ícono que identifica a Bariloche, es punto de concentración de múltiples expresiones populares. Sin embargo, continúa siendo el epicentro de trámites habituales administrativos.

Gonzalo de Estrada, es también arquitecto. Y es uno de los hijos de quien construyó el Centro Cívico. Hace años que trabaja en un proyecto de refuncionalización que persigue un sueño: “incorporar la cultura por sobre todas las demás actividades, en ese espacio colectivo”. No es un proyecto reciente. Tiene años de trabajo y varias gestiones municipales por detrás.

La propiedad de todo ese conglomerado de edificios es de la Municipalidad de San Carlos de Bariloche, pero es cierto que el usufructo  es compartido, por ejemplo, con el gobierno de la provincia de Río Negro que tiene la Regional de Policía, en la que se realizan trámites de rutina, pero que además posee calabozos y depósito de vehículos, a la vista de todos.

Ya en el año 1990 se comenzó a pensar en esta posibilidad de otorgarle un carácter cultural al Centro Cívico. En esa oportunidad, el Arq. Ernesto de Estrada, en una charla pública para hablar de la historia, pidió “mirar para adelante, por los próximos 50 años”, y de distintos debates surgió la intención de proyectarlo “para el turismo, la cultura y el medio ambiente” por sobre las tareas administrativas.  Dos años después, el arq Gonzalo de Estrada presentó un anteproyecto, de manera independiente y ad honorem, ante la Administración de Parques Nacionales, que hasta ese entonces era propietaria del Centro Cívico hasta su traspaso al municipio en 1999.

Como esa gestión, tantas otras posteriores, tampoco prosperaron. Pese a que, según  De Estrada (h), “no se requieren grandes presupuestos” sino más bien decisiones políticas. La idea siempre fue y sigue siendo la misma: “valorizar la cultura para que el turista también la pueda disfrutar”. 

Hoy Gonzalo de Estrada tiene esperanzas de que se atienda este proyecto que solo busca poner en valor las estructuras dándoles vida. En Café a la Turca del 17 de septiembre de 2018 recordó que el creador de este gran conjunto edilicio, su padre Ernesto, siempre expresó la necesidad de “priorizar la propiedad del espacio público por sobre el espacio privado” y así pensó y diseñó el Centro Cívico; como una necesidad de Bariloche donde poder tener un espacio de festejos, de reclamos y de reuniones, pero con esa visión dinámica que otorga el urbanismo. Quizás por eso – recordó - “cuando el viejo veía algo que se podía modificar, lo proponía, porque el urbanismo no dice justamente que ésto o aquello es así y para siempre”.

Hoy, Gonzalo de Estrada sabe que es factible concretar este proyecto. Sólo habrá que aguardar las decisiones políticas para gestionar los recursos que, insistió “no son de magnitud” y recibir el apoyo de “los gestores y activistas culturales”. Gran parte de la comunidad, con solo imaginar un Centro Cívico en donde existan  espacios para cine, música, artes visuales, charlas, debates, exposiciones, talleres, cursos, etc., ya han dado su aval y acompañamiento para que ese proyecto se concrete en un futuro no muy lejano.

En resumen, un proyecto para que la cultura se apropie de los espacios.

Podés escuchar el programa completo acá:

Roxana Arazi