“El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras.

Una vez se han inventado, no se puede hacer nada mejor.

El libro ha superado la prueba del tiempo...

Quizá evolucionen sus componentes, quizá sus páginas dejen de ser de papel,

pero seguirá siendo lo que es.”

Umberto Eco 

(Nadie acabará con los libros-2009–Conversaciones con Jean Claude Carrière)

Cito:

“El libro ha superado la prueba del tiempo, ha demostrado ser un corredor de fondo. Cada vez que hemos despertado del sueño de nuestras revoluciones o de las pesadillas de nuestras catástrofes humanas, el libro seguía ahí” dice Irene Vallejo en El infinito en un junco(Siruela 2021).

Y no encuentro nada que lo refute.

Y si hay libros, es porque hay quien los lea.

Pero, que cosa, vea, la música también y sin embargo primero fueron los discos, luego los magazines, luego los cassettes y mas acá los CD y acaso los pendrive y los códigos QR, pero el libro no; está ahí.

¿Qué cosa hace que aún perviva el formato-objeto físico- esa cosa con dos tapas y palabras, muchas palabras, con o sin historias dentro y en hojas?

¿Qué ha legitimado sino el lector a ese objeto inanimado y sin embargo lleno de ánimas dentro?

De hecho hay una cantidad de objetos en oferta hoy cuyo objetivo pareciera ser minar la supervivencia del arcaico objeto que ya casi va a cumplir cinco mil años (contando el papiro, claro).

Y sin embargo, ahí está.

“El rollo de papiro supuso un fantástico avance. Tras siglos de búsquedas de soportes y de escritura humana sobre piedra, barro, madera o metal, el lenguaje encontró finalmente su hogar en materia viva. El primer libro de la historia nació cuando las palabras eran apenas aire escrito, encontraron cobijo en la médula de una planta acuática. Y frente a sus antepasados inertes y rígidos, el libro fue desde el principio un objeto flexible, ligero, preparado para el viaje y la aventura”[i]

Ahora: ¿es el libro o la lectura lo que nos convoca?

Quiero decir: no hemos dejado de escuchar música porque haya cambiado el formato del soporte; ¿dejamos de leer porque aquel jovencícimo papiro devino libro y ahora le surgen otros compañeros de ruta que dependen de baterías, claves, cables y ande mais?

¿O somos nosotros, los que leemos, los que preferimos que el objeto perviva y se haga nuestro en cada subrayado, cada gota de mate volcado sobre él, cada anotación, los que seguimos pidiendo por su presencia entre nosotros?

El 24 de Agosto de cada año en nuestro país se celebra el día del lector en conmemoración al nacimiento de Jorge Luis Borges(1899-1996).

Un poco por eso retomamos esta charla anual al respecto, otro tanto, porque fue él quien sacó al libro de la discusión y lo puso en un anaquel distinto para siempre:

“Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación.”

Y acá estamos, haciéndole el aguante¿no?

i] VALLEJO, Irene, citado en El infinito en un junco ( Siruela -2021)

P/ Roberto Szmulewicz, Librería "El Profe" (Dina Huapi / Río Negro / Argentina), Premio: "Pregoneros 2019"