PROGRAMAS CAFE A LA TURCA 14 de noviembre de 2019 |
Editorial 13 Noviembre |
El Putsch de Natush Bush". Revista Humor Nº 58 /mayo 1981. |
Duele Bolivia. Y duele América Latina.
|
Hace dos años exactamente, en noviembre de 2017, el Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia autorizó a Evo Morales a buscar la reelección como presidente sin límites, previo a la presentación de un recurso, en septiembre de ese año, efectuada por diputados y senadores del partido oficialista. Los asambleístas argumentaron que los "derechos políticos" reconocidos por Bolivia en la Convención Americana sobre Derechos Humanos debían priorizarse por encima de los límites a los mandatos consecutivos establecidos en la Constitución. Se basaron en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ese tratado internacional también conocido como el Pacto de San José, firmado en esa ciudad costarricense en 1969. Y La Constitución boliviana reconoce a este acuerdo multilateral como una norma con valor legal. Bajo esa argumentación fue que el Tribunal Constitucional tomó la decisión de permitir la reelección. Evo Morales lleva tres mandatos al frente de Bolivia. El primero bajo el antiguo régimen constitucional que estuvo vigente en ese país hasta 2009 y los siguientes dos con la Constitución que su gobierno promovió y promulgó. Evo estuvo al frente de Bolivia desde el 22 de enero de 2006. Ganó tres comicios presidenciales. Todos ellos con más del 50% de los votos. Su actual mandato, debería concluir en enero de 2020 y las últimas elecciones (20 de octubre 2019), que para la OEA fueron fraudulentas aunque nadie pudo confirmarlo aún, le hubiesen permitido gobernar hasta el 2025. Pero el domingo 13 de noviembre, un golpe de estado claro y sin vueltas, aunque la derecha intente disfrazarlo de legitimidad, lo obligó a renunciar y a exiliarse a México, el país que le ofreció asilo inmediato. A Evo se lo tilda de dictador, de querer perpetuarse en el poder… Ahora bien, quienes lo tildan de tal y lo obligaron a renunciar, jamás se expresaron respecto a la permanencia en el gobierno de Merkel en Alemania, de Putin en Rusia, de Berlusconi en Italia ni de Tacher y sus 11 años comandando Reino Unido. Será que como me apuntó un oyente, “para esa gente ¿solo se perpetúan en el poder los líderes populares latinoamericanos...?”. La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, fue clara cuando en su cuenta de Twitter recordó: “Ángela Merkel tiene 14 años en el poder, pero como es Alemania nadie dice nada. Evo Morales tiene 13 años en la presidencia por decisión soberana de su pueblo, pero como es un país en vías de desarrollo, lo acusan de dictador". Y agregamos: Vladimir Putin, actual presidente de la Federación Rusa (2018-2024), ya había ejercido anteriormente por tres períodos (1999-2004, 2004-2008 y 2012-2018), lo que lo convierte en el que más tiempo ha estado en ese cargo desde la ruptura de la URSS . Pero claro, es Rusia… y con Rusia pocos se atreven a meterse. Silvio Berlusconi, fue Presidente del Consejo de Ministros de Italia en tres ocasiones (1994-1995, 2001-2006 y 2008-2011). Pero claro, es Italia…primer mundo…. Margaret Thacher, fue Primera Ministra del Reino Unido desde 1979 a 1990, siendo la persona en ese cargo por mayor tiempo durante el siglo XX. Pero claro. Es el reino Unido… y tampoco se atreven a meterse… Otra apreciación que considero interesante es la que expresó el mismo Evo Morales: “en el único país del mundo donde no hay golpes de estado, es en EE.UU”. Y entonces se preguntó: “Será porque allí no hay Embajada de EE.UU.?”. Lo cierto es que el Presidente Indígena, el que genera desprecio entre las clases acomodadas de su propia nación, entre las clases acomodadas de naciones que se suponían hermanas y de las otras, las que siguen intentando dominar el mundo, fue quien a Bolivia le permitió tener estos índices de mejoras en la calidad de vida de su pueblo:
2006: 13,0 % 2018:2,4 %
2006: 9,2% 2018:2,4%
2006:60,6% 2018: 34,6%
2006: 38,2% 2018: 15,2%
Eso seguramente es lo que inquietó a la derecha boliviana y sus patrones del Norte americano. Y desde el 12 de noviembre por la noche, Jeanine Añez Chavez, hasta entonces Senadora opositora al Gobierno de Evo, se autoproclamó Presidenta de Bolivia, y no solo eso sino que modifico rápidamente su perfil en twittter definiéndose, además, como “Presidenta CONSITUCIONAL de Bolivia”… Una verdadera burla hacia los ciudadanos/as de su país y del mundo. En su discurso, Biblia en mano (el arma de evangelización reflotada para el siglo XXI), Añez Chávez se comprometió a cuidar al pueblo. Mentira. La represión es brutal. Sobre todo en las poblaciones que habitan campesinos que se niegan a rendirse a los pies de los “amos”, como un claro retroceso a los años de sometimiento. Arde Bolivia… y arde Chile…y duele América Latina. Aunque lo hayan leído y/o escuchado, quiero compartir lo que expresó horas atrás el Vice Presidente de Bolivia, Álvaro García Linera (me niego a nombrarlos como ex mandatarios, porque eso implicaría validar el golpe de estado), cuando explicó los motivos del golpe: "Una de las tragedias de la izquierda boliviana es que siempre ignoró a los movimientos indígenas; porque en el fondo quienes eran de izquierda eran los hijos de la oligarquía: arrastraban la mentalidad oligárquica, y no podían entender el lenguaje del indígena porque eso sería invertir el mundo. A un joven de clase media que va a la universidad ¿Quién le cocina la comida? Una mujer indígena ¿Quién le lava la ropa? La mujer indígena. Cuando llega a la universidad ¿Quién está limpiando los baños? Un portero indígena. Y que de pronto ese mundo tan natural de indígenas sirviendo en oficios devaluados, mal pagados, no valorados socialmente... pensar que eso puede ser distinto, que ese indígena puede ser el que te mande, aún a la izquierda señorial le resultaba impensable. Por eso la izquierda boliviana, lamentablemente, pese a sus esfuerzos y su lucha con el movimiento obrero, nunca abandonó esta mirada señorial de la vida, que es una mirada colonial de las cosas. No en vano el movimiento indígena tiene que emerger diciendo: ni Jesús ni Marx. Es entendible, porque quienes levantaban la bandera de Marx en los años 50, 60, 70 lo hacían despreciando al indio e imaginando una revolución de obreros, casi barbudos, parecidos a los rusos. Pero no se imaginaban ni a los obreros aymara, ni a los quechuas". Arde Bolivia. Como arde Chile. Y duele América Latina. Pero como no es solo canción, sino sinónimo de lucha y esperanza, prefiero aferrarme a que “el pueblo, unido, jamás será vencido”.
Roxana Arazi
|
Comentarios: |