PROGRAMAS CAFE A LA TURCA 16 de septiembre de 2020 |
Siguen desafiando a la muerte y al olvido |
Tenemos memoria y sabemos que a la PATRIA hay que militarla. Mi editorial en Café a la Turca del 16 de septiembre 2020. Escuchar acá:
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16 de Septiembre de 1955, golpe de estado de la derecha cívico-militar contra un gobierno institucional. No sería ni el primero ni el último. Bombas, ocupaciones, incendio de todos aquellos lugares o símbolos que tuvieran que ver con el gobierno de Perón. 16 de septiembre de 1955 fracciones de las Fuerzas Armadas lanzaron una serie de acciones militares en distintos puntos del país con el objetivo de derrocar al gobierno constitucional del presidente Juan Domingo Perón. El bando golpista se había conformado inicialmente con unas pocas unidades del ejército y de la fuerza aérea y prácticamente la totalidad de la marina de guerra. La operación contó con el apoyo de la mayoría de los partidos políticos de la oposición así como también de la Iglesia, cobijando numerosos comandos civiles que actuaron junto a los militares rebeldes. “Bombas contra el tirano”. “Llega la democracia”, decían los medios adictos. Luego vendrían otras con los mismos protagonistas, las mismas ideas económicas y el mismo odio pero el 16 de junio de 1955 y el 16 de septiembre de 1955 marcaron con sangre las manos de civiles y militares que atacaron a la población sin miramientos con acumulación de rencores y odios de clase. Ambos hechos darían paso a la Revolución Libertadora, vaya nombre para manchar una palabra tan bella como LIBERTAD. Este texto es un fragmento de una artículo publicado en estas horas por Héctor Sosa editor de Motor Económico y de La Nave de la Comunicación y como dice él “docente en manipulación informativa”. Luego más adelante el 16 de septiembre de 1976 “La Noche de los Lápices”. Hoy a 44 años de aquella trágica noche insisto en que es necesario recordar porque ese nos fue el motivo por el que se los llevaron, sino que fueron aniquilados, secuestrados, desaparecidos, asesinados, porque pensaban, porque ejercían sus derechos y porque sentían esa efervescente necesidad de militar por la patria, por ellos mismos y por quienes vendríamos después. Por eso mismo nos parece que aún hoy tenemos que desafiar al olvido. Pablo Diaz uno de los sobrevivientes de la denominada Noche de los Lápices escribió - en junio de 1985 - un poema dedicado a Claudia Falcone, otra de las chicas secuestradas por aquella mano negra en aquella fatídica noche del 76.
Hoy me he quedado inmóvil observando en el recuerdo el beso que se estrellaba en el muro. Flor o acero. Ni ángel ni desángel. Sólo la verdad desnuda. La voz es un reclamo de amor y un instante duro. Pero las manos no pierden el momento de tus manos. ¿dónde estás, en qué tiempo, en qué mundo te encuentro? ¿Hasta dónde estiro la mirada para verte? Si me dieras una señal, el próximo 31 de diciembre me llegaría hasta vos. No creas que no te busco, no me olvido, pues no hubo adiós; nos dijimos hasta luego. Por favor, que las aguas del mar te traigan hasta mí. O la soledad del otoño, o las flores de la primavera. Como quieras. Pero no dejes de volver a lo que soñamos. Si no es conmigo, ojalá que igual estés en paz. ¿Te acordás? Habíamos quedado en ir de vacaciones o de juntarnos todos los chicos a tomar cerveza. Pero estoy solo, ni vos ni ellos han vuelto. Y yo camino mirando a ver si los encuentro. Me junto con sus madres, padres, hermanos, tíos, amigos, y no sé qué decirles, ¿dónde están las palabras para ellos? Todavía no he aprendido a no desafinar, ¿y las idas a las villas? ¿Qué es esto de sobreviviente? ¡Por favor! Que algún día los encuentre. Pablo Díaz La operación conocida como "La Noche de los Lápices" que se desarrolló entre agosto y octubre de 1976 implicó el secuestro y desaparición de estudiantes secundarios de la ciudad de La Plata que habían luchado en defensa de un boleto estudiantil, pero que tenían ideales. Querían una patria distinta, querían libertad. En la madrugada de ese día entre las 12:30 y las 5 de la madrugada fueron secuestrados de los domicilios donde dormían los estudiantes secundarios y militantes de la UES (Unión de Estudiantes Scundarios) Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Claudio de Acha, Daniel Rasero, Horacio Ungaro y Francisco López Muntaner. Hoy ellos continúan desaparecidos. No fueron los únicos claramente y entre ellos también hubo sobrevivientes como es el caso de Pablo Diaz o como fue también el caso de Emilce Moler. Algunos quedaron; muchos otros ya no están. Después vinieron otros pibes y pibas que siguieron soñando la patria y que tuvieron la posibilidad de vivir en democracia y de luchar por sus sueños y por sus ideales. Los mismos que hasta no hace muchos meses atrás padecieron también represiones, golpes, palos por sobre la palabra, por sobre la tiza. Sin embargo, siguen luchando y tienen muy claro que a la Patria hay que militarla. Pablo Díaz, Patricia Miranda, Gustavo Caloti y Emilce Moler fueron los únicos cuatro sobrevivientes y ya creo que no quedan dudas de que los restantes fueron fusilados, allá en los primeros días del año 1977. Hoy recordamos 44 años de aquella trágica noche. Y tenemos memoria. Como dijo Matilde Mellibovsky (mamá de Graciela Mellibovsky) otra joven militante del peronismo revolucionario, secuestrada y desaparecida el 24 de septiembre de 1976 - una frase, que me ha marcado durante mucho tiempo- - “es cierto, no es verdad que hayan desaparecido. Nuestros hijos desafían la muerte y el olvido”. Roxana Arazi
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