SERIE "IMPRESCINDIBLES"- CAPÍTULO II
Comparto aquí la 2º de las tres entrevistas que realicé en Café a la Turca el miércoles 1º de abril de 2020, en esta oportunidad a la Dra. en Física Adriana Serquis, Investigadora Principal INN CNEA-CONICET y Jefa del Departamento Caracterización de Materiales -GIA - Centro Atómico Bariloche CNEA, una de las responsables del grupo de científicos y técnicos que fabrican "Hidroalcohol” y que entregan principalmente a organizaciones barriales como comedores y merenderos. Los invito a escucharla acá:
¿Alguna vez imaginaron que necesitaríamos alcohol en gel o lavandina en diluciones especiales, como el pan de cada día?. Yo no. Pero esta pandemia generada por el COVID-19 nos ha mostrado que hay productos que hasta hace unos días atrás utilizábamos solo “por las dudas” y que ahora, se han vuelto imprescindibles.
La Dra. Adriana Serquis, en su calidad de científica tampoco tenía pensado fabricar “hidroalcohol”, porque no figuraba en sus objetivos personales ni en los del Departamento Caracterización de Materiales -GIA - Centro Atómico Bariloche CNEA que lidera. Sin embargo hay quienes no dudan un instante en poner sus conocimientos y trabajo al servicio de la comunidad - y principalmente de los sectores más vulnerables -, cuando más se los precisa como en estos momentos en los que la empatía, la solidaridad, la mirada en el otro y la necesidad de cuidarnos entre todos, ya forman parte de acciones de supervivencia.
En Café a la Turca del pasado 1ro de abril la Dra. Serquis compartió su experiencia y detalló cada uno de los pasos que tuvieron que dar junto a sus colegas Liliana Mogni, Lucia Toscani y Yanet Mansilla, las cuatro personas autorizadas a llevar adelante la fabricación de “hidroalcohol”, que como ella explica “es más líquido que el alcohol en gel” aunque “cumple con todas las normas y pautas establecido por la OMS” y que es correcto para ser utilizado en fines determinados como en la actual situación que vivimos en el mundo frente a la pandemia generada por el Covid-19.
Según indicó, la decisión se tomó a raíz de la inquietud de miembros del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), que integran a su vez la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), quienes la contactaron para consultarle si tenían capacidad de producir ese insumo para comedores y merenderos barriales, porque frente al aislamiento social obligatorio, “ya sabían que, ante la urgencia, desde Nación no podrían llegar con la provisión a todos los lugares del país, en tiempo y forma”. A partir de ahí se preguntaron por qué no y de inmediato comenzaron a estudiar y a experimentar. Luego se sumó el mismo pedido desde el Hospital Público de Bariloche, desde el Ministerio de Salud de la provincia de Río Negro, desde las instituciones que son asistidas por la SENAF (Secretaría de Estado de Niñez, Adolescencia y Familia de Río Negro), los CAINAS, hogares de abuelos, personal a cargo de vacunación, centros de salud, escuelas, etc. y lo que era impensado hasta entonces se convirtió en una tarea diaria y comprometida.
Con el apoyo fundamental de la Co-Directora del INN CNEA-CONICET María Luz Martiarena, quien además preside el CCT Patagonia Norte se presentó la posibilidad de contar con fondos para la iniciativa, tanto de CONICET como de la Fundación Balseiro y se dio inicio a esta tarea que se ha vuelto indispensable. Fueron muchas las gestiones que hubo que realizar para llegar a la actual producción de 30 litros por semana (con posibilidad de llega a 50 litros/semana), desde acomodar un laboratorio que no estaba preparado exclusivamente para este fin; solicitar presupuestos que abarataran los costos de los insumos; buscar contactos directos con proveedores; pedir a familiares y compañeros de trabajo que trajeran los pedidos desde otras ciudades del país antes del aislamiento obligatorio y recurrir a la generosidad de algunas empresas y comercios que se pusieron a disposición de inmediato.
En paralelo a la fabricación de “hidroalcohol”, las científicas barilochenses decidieron que podían aportar algo más y así se predispusieron también a armar kits de limpieza en base a hipoclorito de sodio (lavandina) y agua según la disolución dispuesta por las autoridades sanitarias para tareas de desinfección. Los mismos son entregados a distintas instituciones y tienen como objetivo evitar el uso indiscriminado de alcohol en gel, que es bastante más costoso y difícil de obtener en tiempos en los que escasea o, en el peor de los casos, en los que que sufre remarcación constate de precios, producto de la especulación humana.
Por todo ello desde el grupo que dirige la Dra. Adriana Serquis, apuestan a que se sumen voluntades que permitan obtener más recursos económicos para la adquisición de los insumos y así continuar con la fabricación de ambos productos o bien colaborando con envases en desuso de gaseosas o agua mineral de ½ litro para los kits de limpieza y/o envases vacíos de alcohol en gel o de jabón líquido para el hidroalcohol. A tal fin han dispuesto cajas específicas en la puerta del CCT Patagonia Norte (Av. De los Pioneros km 3,000) y en los supermercados ubicados en la zona Oeste de la ciudad, no por capricho sino porque por el momento es la única zona por la que pueden recogerlos, teniendo en cuenta que su lugar de trabajo, el Centro Atómico Bariloche, se encuentra ubicado en el km 8 de Av. Bustillo y que intentan no circular más de lo que sea estrictamente necesario, cumpliendo así la disposición de aislamiento social obligatorio. De todas maneras, quienes deseen realizar algún tipo de aporte o consulta, pueden escribir a: aserquis@gmail.com. Porque como ella misma expresa “ésto no es un logro personal, sino de un equipo con el que trabajamos en conjunto, pero también de mucha gente que se suma con lo que puede”.
Roxana Arazi