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  TURISMO  24 de septiembre de 2018
Tres imperdibles de la estepa patagónica
La “Laguna Los Juncos”, la Estación de Trenes “Perito Moreno” y el “Mercado Quimey Piuké”

En el artículo "La estepa Patagónica: en donde el horizonte pareciera no tener fin", intentamos acercarnos con algunos datos generales, a lo que es la extensa estepa patagónica. No podremos recorrer en estas pocas líneas ni la décima parte de esos 730.000 Km² que abarcan el suroeste de Mendoza, el centro de la provincia de Neuquén, el suroeste de Río Negro y casi todo Chubut y Santa Cruz, a excepción de su parte más occidental. Pero sí podemos hacer un rápido recorrido que, como ya hemos dicho, alcanzará para hacernos a la idea de lo que significa esta conmovedora geografía.

Lo haremos a través de una de las excursiones que parten desde Bariloche y que nos permitirá recorrer juntos una pequeñísima fracción de esa cantidad de kilómetros de extensión que servirá seguramente para, desde este primer contacto, enamorarnos del paisaje y pensar en opciones ya más específicas y con unas cuantas horas más de tiempo o hasta de varios días.

Partimos desde Villa Huinid Hotel & Spa, el km 2,600 de Avenida Bustillo o Av. Pioneros, según el ala en la que nos encontremos hospedados, donde nos han facilitado todas las gestiones para contratar la excursión en alguna de las agencias de turismo de Bariloche o para ir en vehículos propios, con el mapa que nos irá guiando para no errar el camino, hacia la Ruta 40, al Este de la ciudad. Una vez allí, tomaremos el viejo camino de acceso a Bariloche que, como también hemos contado, es el que utilizaban los primeros visitantes que arribaban a la Colonia Agrícola del Nahuel Huapi (http://blog.villahuinid.com.ar/la-antesala-de-los-primeros-hoteles-en-bariloche ).

A partir de aquí, te sugiero que no dejes de registrar en tus retinas cada uno de los detalles naturales que nos irá ofreciendo esta zona. Sabemos que cámaras fotográficas y de video son una tentación, pero distraernos demasiado en observar a través de una lente nos roba imágenes y vivencias irrepetibles.

Lo primero que veremos será el paraje rural “Ñirihuau” (en su traducción de la lengua mapuche: Cañadón de los ñires), a orilla del río homónimo, de escasa profundidad pero de genuina belleza; luego asomará el Cerro Leones, en donde el avistaje de aves rapaces y carroñeras suele ser constante: chimangos, caranchos, jotes de cabeza negra, águilas moras y por qué no alguna pareja de cóndores sobrevolando en altura. Desde aquí, y como para no extrañar tanto el otro paisaje - el de montañas elevadas, bosques y lagos majestuosos -, podremos observar desde otra perspectiva la ciudad de Bariloche y su entorno. Todo ello nos indica que hemos arribado al corazón de la estepa Patagónica. Empalmar luego con la Ruta 23 nos permitirá llegar al interior mismo de esta zona, en la que constataremos un relieve diferente al de la típica cordillera, con vegetación achaparrada, cerros más bajos, tierra árida y seguramente la más clara expresión del viento patagónico: fuerte, sostenido, generalmente del cuadrante Oeste y, en este entorno, cargado de polvo. No es en nada preocupante. Menos aún, si salimos del hotel en Bariloche con la indumentaria adecuada para un paseo de estas características. A unos pocos km la “Laguna Los Juncos”, dependiendo de la época del año en que la visitemos, asomará casi como un oasis, repleta de aves migratorias que se posan para recuperar energías antes de continuar su viaje o para su reproducción. Flamencos, cisnes de cuello negro, patos, macáes, gallaretas chicas, garzas brujas y cauquenes entre otras especies podrán divisarse desde la ribera de la laguna, entremezcladas con maras, piches y algún que otro zorro colorado. Esta reserva está dentro de las tierras de la empresa Rolland S.A., propietaria de la Estancia San Ramón, y es administrada conjuntamente por esa compañía y la organización no gubernamental de protección de la naturaleza, Asociación Civil Lihué.

Hasta la “Laguna Los Juncos” recorrimos unos 20 km aproximadamente. Aún no es tiempo de seguir andando caminos. A pocos metros se encuentra la antigua “Estación Perito Moreno”, perteneciente al ex ferrocarril Roca, donde podremos conocer la historia de la llegada del tren a Bariloche en 1934, hecho que fue trascendental para las transacciones comerciales de la región, y que está plagada de atractivas historias de vandidos.

Unos kilómetros más de paseo por la zona, en el vehículo en el que nos trasladamos o simplemente de a pie realizando caminatas cortas pero muy atractivas, colmarán nuestro espíritu de paz. Aparecerá alguna que otra chacra dispersa y aislados emprendimientos rurales, o una rústica casa que pareciera haberse quedado en el tiempo pero que es habitada por pobladores que residen en la zona desde varias generaciones anteriores. Todo hará de esta visita a la estepa un momento de encuentro con el silencio, la naturaleza y la introspección. La excursión puede complementarse con otros servicios como un típico almuerzo de campo, cabalgatas, caminatas o una visita al interior del Cerro Leones, para recorrer sus cuevas. En todos estos casos, es recomendable consultar las distintas opciones en los alojamientos turísticos o bien dirigirse a alguna de las agencias de turismo habilitadas para contratar la excursión previamente.

Ese recorrido de ida, simple pero con un acabado panorama de lo que significa la estepa patagónica, será el que realizaremos también para regresar a la ciudad. Pero antes de despedirnos de ese paisaje para volver al hotel en Bariloche, detenernos en el Mercado de la Estepa “Quimey Piuké” (“buen corazón” en mapuche) nos permitirá conocer parte de la cultura y producción artesanal de algunos de los pobladores rurales de esta zona. Y si es de nuestro agrado, adquirir una artesanía entre las que se destacan tejidos, hilados, artículos en cuero y madera. Pero recomiendo aprovechar la visita para tener, en primera persona, el testimonio de vida y de experiencias de los propios habitantes de la estepa.

Ahora sí, tras recorrer durante varias horas ese paisaje cautivante, regresamos a Villa Huinid Hotel & Spa, en el que la piscina y todo el complemento de su espacio de confort y relajación, nos estará esperando. ¿Y después?. Si esa es tu pregunta, la respuesta está en Batistín, el exclusivo restaurante 5 tenedores del hotel, donde la gastronomía de autor se encargará de deleitar paladares. La cena está servida. Nada más que pedir para un solo día. La desconexión de la rutina y de los problemas diarios ha sido un éxito. Que nada empañe lo vivido!!!

Roxana Arazi

p/ Blog Villa Huinid

(blog.villahuinid.com.ar/la-laguna-los-juncos-la-estacion-de-trenes-perito-moreno-y-el-mercado-quimey-piuke-tres-imperdibles-de-la-estepa-patagonica )



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