2010 millones de toneladas por año de desechos sólidos en el mundo; 16,5 millones de toneladas por año en Argentina; 44 mil toneladas por año en Bariloche.

Según un informe del Banco Mundial titulado What a Waste 2.0 (Los desechos 2.0), en el mundo se generan anualmente 2010 millones de toneladas de desechos sólidos municipales,  y al menos el 33 % de ellos no se gestionan sin riesgo para el medio ambiente.

En el informe de 2018, que es una actualización de una edición anterior, se proyecta que la rápida urbanización, el crecimiento de la población y el desarrollo económico harán que la cantidad de desechos a nivel mundial aumente 70 % en los próximos 30 años y llegue a un volumen asombroso de 3400 millones de toneladas de desechos generados anualmente.

Para tener una idea gráfica de los volúmenes citados y tomando como ejemplo el caso de los desechos plásticos, que conforman el 12% del total de los residuos sólidos (44% alimentos; 17% papel; 5% vidrio y 4% metales), y que están llenando los océanos y constituyendo el 90 % de los “detritos” marinos, “tan sólo en 2016 en el mundo se generaron 242 millones de toneladas de desechos de plástico, el equivalente de unos 24 billones de botellas de plástico de 500 ml. Con el volumen de agua de estas botellas se podrían llenar 2400 estadios olímpicos, 4,8 millones de piletas olímpicas, o 40.000 millones  de bañaderas. Dicho número de toneladas también equivale al peso de 3,4 millones de ballenas azules adultas o a un conjunto de 1,376 edificios Empire State. Y eso es tan sólo el 12 % del total de desechos generados anualmente”.

En la Argentina, en tanto, cada dos segundos, el país produce una tonelada de basura. Pero se recicla una pequeña proporción de esa cantidad y una fracción grande de ella termina en rellenos sanitarios que están al borde del colapso.

Según la Dirección Nacional de Gestión Integral de Residuos (DNGIR), dependiente del hasta hace poco tiempo Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, hoy Secretaría de Estado, la “Argentina se ubica entre los países de rango medio en generación per cápita diaria de residuos sólidos urbanos (RSU), basura proveniente del ámbito residencial, comercial, sanitario o industrial”. “El promedio diario de desechos por habitante es de 1,03 kilos, equivalente a casi 45.000 toneladas diarias para el total de la población (una tonelada cada dos segundos) y alrededor de 16,5 millones cada año. O lo que puede compararse con una pirámide de 85 metros de base y la altura del Aconcagua, de 6.960 metros”, según aprecia un Informe del Estado del Ambiente.

No obstante, las cifras varían de acuerdo a cada jurisdicción. No existe a nivel nacional una política que regule la recolección de residuos. Se trata de una responsabilidad municipal, por lo que cada distrito decide cómo abordar la cuestión, en base a sus capacidades y recursos económicos.

En Bariloche, según una investigación de profesionales de la Universidad Nacional del Comahue, plasmada en el libro “Un día más… ARB  (Asociación de Recicladores Bariloche), una historia de conciencia y dignidad”, “la estimación de la producción promedio de residuos es de unas 120 toneladas por día  (en baja temporada), es decir que en un año se producen alrededor de 44 mil toneladas”. Pero ¿cuánto volumen ocupa esa cantidad de residuos?. De acuerdo a las estimaciones plasmadas en dicha bibliografía,  se calcula que “en un metro cúbico, entran entre 400 y 500 kilos de basura”, es decir “media tonelada por metro cúbico” aproximadamente, dependiendo de su composición lo que se traduce en una superficie estimada en“88.000 metros cúbicos por año” de residuos producidos en Bariloche. Para los investigadores “suponiendo y exagerando que la plaza del  Centro Cívico tiene 1500 metros cuadrados” si se apilaran “todos los residuos del año en la plaza del Centro Cívico se haría una pila de casi 59 metros de altura, donde sólo asomarían los 10 metros superiores de la torre del reloj, que tiene 69 metros (aunque seguramente quedaría tapada si tenemos en cuenta el aumento de residuos durante las temporadas de turismo). Y eso, sólo en un año”.

Como a nivel mundial y nacional, en Bariloche también “la proyección es alarmante”. Según los datos recopilados por los profesionales de la UNCo, la cantidad de desechos irá in crescendo, acorde al aumento poblacional y a la producción per cápita de residuos como consecuencia de un consumo también en ascenso. En todos los ámbitos se coincide en que uno de los mayores retos de las sociedades modernas es cómo recolectar, disponer y tratar los residuos sólidos urbanos. Y aunque de antemano se sabe que no es una tarea sencilla, tampoco es imposible.

Cuando se lo apoya y organiza adecuadamente, el reciclado informal puede crear empleo, mejorar la competitividad industrial a nivel local, reducir la pobreza y disminuir el gasto municipal. Sin embargo, la realidad de más de 15 millones de recolectores informales de desechos en el mundo —comúnmente mujeres, niños, ancianos, desocupados o migrantes— continúa siendo en condiciones insalubres, falta de protección social o de seguro de salud, y estigma social persistente. La solución que debiera llegar está en manos de los gobiernos de turno, quienes debieran realizar  intervenciones eficaces para mejorar los medios de subsistencia de los recolectores de desechos, con  la formalización e integración de su actividad en la economía de cada comunidad, el fortalecimiento de la cadena de valor del reciclado y la consideración de otras oportunidades de empleo.

Un digno ejemplo de ello es lo que ocurre en Bariloche desde hace 15 años con la creación de la ARB (Asociación de Recicladores Bariloche), que sin dudas no alcanza a solucionar el problema de los residuos sólidos de toda la ciudad, pero que no es menor para una población de cerca de 150 mil habitantes y que, principalmente, dignifica el trabajo de 58 familias conformadas mayoritariamente por mujeres y entre las que se encuentra “la abuela ejemplo Brígida Epulef”, de más de 90 años, quien además ha manifestado su decisión de seguir  trabajando.

En Café a la Turca de este lunes 22 de octubre de 2018, entrevista a la flamante Presidenta de la ARB, Silvia Acum, una de las primeras integrantes de este grupo de trabajo colaborativo que comenzó cuando la necesidad la golpeó durante la crisis del 2001/2 en Argentina, revolviendo la basura para alimentar a sus pequeños hijos. Hijos que han logrado terminar sus estudios y que hoy trabajan en distintas actividades.

Escuchá el programa completo acá:

(crédito imagen:  FB ARB https://web.facebook.com/arbariloche )

Roxana Arazi