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  ENTREVISTAS  19 de mayo de 2022
El derecho a enojarnos
Virginia Gawel es psicóloga, docente, conferencista y escritora, y dirige el Centro Transpersonal de Buenos Aires, integrando las psicologías de Oriente y Occidente. En Café a la Turca (18/05/22), habló sobre el enojo y sus distintas variantes, pero particularmente del derecho a enojarnos ya sea individual y/o colectivamente, siempre fuera de los contextos de violencia que pueden ponernos en riesgo. Escuchar acá:

 

"Enojarnos es una necesidad y es un derecho" aseguró Virginia Gawel, psicóloga, docente, conferencista, escritora y Directora del Centro Transpersonal de Buenos Aires (https://www.centrotranspersonal.com.ar/).

Entrevistada en Café a la Turca (miércoles de 18 a 20 horas por FM )4.5 - Bariloche), Gawel consideró que "la mala prensa del enojo" puede subsanarse en la medida que comprendamos que se pueden entrenar las formas en que lo manifestamos, fuera de todo rasgo de violencia. Para ello utiliza habitualmente el ejemplo de un "perro guardián": "así como puede ser muy bueno tener un perro guardián en casa, bien educado, tener dentro nuestro un buen entrenamiento en el arte de enojarnos es indispensable" y sólo requiere "ir puliendo la herramienta del enojo hasta volvernos buenos obreros con ella, tal como quien maneja con precisión un cincel para esculpir". 

Pero ¿qué es el enojo y cómo se manifiesta?. Es un sentimiento tan antiguo como la humanidad misma. Podría definirse como eso desagradable que experimentamos cuando nos sentimos contrariados o atropellados por las palabras, las acciones o las actitudes de otros. Deriva de la palabra “enojar”, que proviene del latín vulgar inodiāre, que significa ‘enfadar’.

El enojo, por lo general, nos predispone el ánimo contra otra persona o contra una situación específica que se nos ha vuelto desagradable o injusta; y sus causas pueden ser externas como internas.

Internas cuando claramente algo dentro nuestro nos incomoda por mal hecho o por irresuelto. Externas cuando en el espacio en el que habitamos existen situaciones/factores que son ajenos a nuestra voluntad, pero que como miembros de una sociedad/comunidad, igualmente nos afectan.

Quizás en los tiempos en que vivimos, sobren ejemplos de hechos que nos enojen colectivamente. Y así como tenemos derecho a enojarnos con nosotros mismos cuando sentimos que no hemos podido reparar o solucionar algo interno, también lo tenemos cuando el afuera nos provoca. El límite será la forma en que lo expresamos. Por ello Gawel reafirma que "enojarnos es un derecho y una necesidad".

Dentro del enojo, la profesional hace especial hincapié en "la indignación", un sentir que a su modo de ver "merece altísimo respeto". 

"In-dignación significa: “Yo no soy digno de este abuso”, “Nosotros no somos dignos de esta traición”. No in-dignarse cuando nos dañan inmerecidamente señala una falla en nuestro sistema inmunológico psíquico: perdimos la habilidad para defendernos de lo ofensivo". 

En un artículo de su autoría como columnista de "Sophiaonline" - disparador para esta entrevista - Virginia Gawel escribió: "La consecuencia de eso es el repetido avasallamiento, tanto en la vida íntima como en la vida colectiva. La palabra avasallar tiene el significado de «someter a obediencia»: viene de a + vasallo + ar. La noción de “vasallo” se remonta a la época del feudalismo, donde el Señor podía ordenar a sus sirvientes (o ejecutarlos, si no servían). Más recientemente, quedó entre sus significados: “Que está bajo una autoridad absoluta, no democrática.” Eso también se llama esclavitud, sojuzgamiento, y vale para cualquier plano relacional, cualquier vínculo, individual o colectivo, en el que perdamos la categoría de personas". 

Como profesional dedicada a integrar las corrientes psicológicas occidentales y orientales, en Gawel se perciben palabras cuidadosas, con tonos calmos y precisos que invitan a la reflexión, muy lejos de la imposición de su teoría. Y nos convoca a prestar atención a las diversas formas de manifestar nuestros enojos y a tomar conciencia que "quien no se indigna parece terminar siendo digno del trato indignante que reciba". 

Por ello asegura que "recuperar la habilidad para indignarnos nos devuelve al lugar de dignidad" .

Vale la pena (o la alegría...) hacer una pausa para escucharla; prestar atención a la cadencia en su hablar, a sus tiempos para responder y a los ejemplos con que avala cada uno de sus conceptos. Virginia Gawel nos hace sentir que "cuando confiamos en la validez de ese enojo refinado, trabajado, necesario, vamos desarrollando la destreza para poner límites, y la confianza en que hacerlo no nos convierte en malas personas".

 

(Nota: para quienes gusten seguirla, la encontrarán en IG: virginia.gawel  / FB:  virginia.gawel )

 

Entrevista de Roxana Arazi



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