Venezuela es noticia en este último tiempo por problemas varios, inflación, desabastecimiento, violencia en las calles y emigración. Pero hace 20 años Hugo Chávez comenzaba un sueño, en un país que se había acostumbrado a tener 80% de pobres durante 80 años.  La redistribución de las ganancias petroleras permitió augurar otro país. La República Bolivariana de Venezuela que hacía su homenaje al Libertador Simón Bolívar. Personaje que había transitado el gobierno luego de la guerra y llegó a proyectar una forma de Estado específica para los estados latinoamericanos. Había que proteger a los estados débiles y por eso creyó que eran necesario 2 poderes más además de los tradicionales (ejecutivo, legislativo y judicial), el poder moral y el electoral, ambos para evitar la corrupción de funcionarios y los arreglos electorales entre grupos.  Fue Chávez quien dio inicio a esta nueva concepción a partir de la creación de la herramienta política denominada PSUV. Sin embrago tras su muerte en 2013, luego de constantes luchas y ocupando un lugar en la historia no sólo venezolana sino mundial el país comenzó a verse cada vez con más problemas debido a la baja del precio del petróleo y a la intención norteamericana de finalizar antes el mandato del presidente Maduro. El país con mayor cantidad de elecciones en América Latina es acusado de dictadura. Y mediáticamente, al igual que con los balseros cubanos empezó una campaña de desprestigio  y de caracterización como lo peor que hubiera podido ocurrir. (Mientras tanto en Argentina vivimos tan felices, no. El migrante venezolano como héroe del exilio, comienza a ser repatriado lentamente. La avanzada neoliberal con la primacía de Colombia, y ahora prontamente Brasil (países limítrofes) en contra del país bolivariano toma en cuenta que Venezuela cuenta con el apoyo de Rusia y China y que existe una alianza cívico-militar que todavía motoriza la esperanza de que sean los venezolanos quienes resuelvan sus problemas y no un ente externo, como puede ser en nuestro caso con el FMI. Por eso no la han podido tumbar aún. Hay una parte de verdad, íbamos camino a ser nosotros los argentinos quienes resolveríamos nuestros problemas durante una largo tiempo. Nadie está exento de crisis económicas por situaciones de cambio internacional, pero es claro que en esas situaciones los gobiernos deben decidir si protegen a las mayorías populares o los negocios de unos pocos.

Ignacio Pólitzer

Lic en Sociología

Autor, junto a la Lic. en Sociología Diana Avila,  de "América Latina: el camino a la emancipación permanente"