LITERATURA 24 de agosto de 2020 |
Día del lector: celebremos leer!! |
El 24 de agosto de 1899 nacía uno de los más destacados escritores argentinos: Jorge Luis Borges. En homenaje a su trayectoria, en esta fecha y desde el año 2012 se celebra en nuestro país el Día del Lector. Como no podía ser de otra manera, "el Profe" Roberto Szmulewicz, nos obsequia y deleita con su columna literaria!!
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¿Qué es un lectxr? … No siempre fui lector. No se vos, yo no. Recuerdo que hubo un tiempo en que leer me costaba. Bastante me costaba. Los días que, de pibito, tenía que ir a hacer la tarea a la biblioteca, me acompañaba mi abuelo y siempre, al terminar de hacer la tarea y devolver el libro, le pedía a la bibliotecaria, una señora mayor (muy mayor, para mí, por entonces) que me diera un cuentito. De verdad que no recuerdo que me gustara ninguno, probablemente porque no recuerdo ninguno de ellos. Descarto la buena intención ambos, pero no recuerdo. Si, seguro, se que leer me costaba; no me molestaba pero no era que me gustara, como si me gusta ahora y desde hace tanto. La fecha mas precisa ronda mis catorce o quince años donde desde una Selecciones del Rider´s Digest (que no se cómo llegó a mi casa) donde alguien contaba una historia de la familia Walenda, unos equilibristas - trapecistas que andaban entre montañas y edificios en alturas absolutamente descabelladas esquivando a la muerte en cada paso. Me atrapó. Nunca mas volví a leer algo que tuviera que ver con ese tema, ni con los Wallenda que finalmente, supe mucho después, tuvieron su fatal desenlace en las alturas. Algo hizo aquel reseñador, una operación, un artilugio, que me llevó a pensar que podía leer un texto de cierta complejidad sobre un tema que me interesara poco o nada; era su manera de hablarme al oído, de contarme una historia , de que estuviera entre cables de acero a varios metros de suelo firme o del río, con viento de frente o de costado. El resto lo hicieron algunos docentes (siempre) y la curiosidad. Llegué a Demián de Herman Hesse gracias a una profesora de inglés de la secundaria (pública , el industrial; que hace unos pocos días cumplió 70 años y estuve ahí vía zoom), y el otro profe que me recomendó a Ernesto Cardenal (el cuento El Sueco en particular en 1978, una osadía impensada) y a Mario Benedetti (“todo leelo”, me dijo) y el otro que me ofreció a García Marquez y mi tía que guardaba Cien años de Soledad atrás de unos papeles de la facultad y en nada, un par de años que pasan tan rápido en la adolescencia, estaba lidiando con el final de la secundaria, el ingreso a letras, la música, en fin, la vida. Así de azaroso fue como me hice lector. Varios frentes desconectados entre sí que me dieron lo que necesitaba a su tiempo, que fueron gestando mi estructura, mi recorrido lector. Para la complejidad, llegaron los clásicos y comprender su relación con el tiempo y el espacio en el que se escribieron y como luego distintos autores fueron jugando con esos tiempos y esos espacios para posicionarse distinto y llevarme con sus ojos, su sangre, sus historias, a esos territorios. “Creo que donde hay un lector es porque siempre hubo otro lector antes que abrió la puerta” , dice María Teresa Andruetto. Y sigue: “La familia no siempre está, pero la que siempre está es la escuela. Todos pasamos por la escuela, y ahí sí hay una oportunidad de construir y de abrir una puerta que puede ser fundamental para la vida de alguien. Hablamos de buen lector o hablamos de literatura: hay varias concepciones de literatura, puede ser aquello que leemos y abre en nosotros un estado de interrogación, de volvernos sobre nosotros mismos, ayudando a abrir un camino hacia lo propio, entendiendo lo propio como lo más individual, lo profundo y lo social, el contexto en el que uno vive y se desarrolla. Es lo que dice Clarice Lispector acerca del escribir, pero se aplica también a cuando se lee con profundidad: "El largo camino hacia la propia cosa". Convertirse en un lector así es convertirse en una persona más consciente de sí y del lugar que ocupa en el mundo, el contexto donde vive, la condición de vida, y entonces se va poniendo más crítico.” Ese momento único en el que volvemos a un libro, esa conversación que pretende sostener el escritor con nosotros, ignora la cadena virtuosa del libro; el trabajo que genera, las maravillas y mezquindades que contiene y propone, y acaso de la propia condición del libro en tanto objeto de culto y mercancía. El 24 de Agosto de cada año en Argentina se celebra el día del lector en recuerdo del nacimiento de Jorge Luis Borges, un enorme escritor ( y un polémico ciudadano disconforme de ser argentino) Sostenía él: Que otros se jacten de las páginas que han escrito A mí me enorgullecen las que he leído Para eso hay que leer. No por alcanzar a aquel (verdaderamente) enorme escritor. Por darse la oportunidad de que tu mundo sea otro, de abrirle la puerta a otro que es también abrírtela a vos mismo, cada vez que el aroma a libro brota apenas abrís la tapa.
P/ Roberto Szmulewicz, Librería "El Profe" (Dina Huapi / Río Negro / Argentina), Premio: "Pregoneros 2019"
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