LITERATURA 19 de agosto de 2018 |
¿Quién soy? |
Una pregunta a la que le siguen faltando respuestas, se hace espacio en las bibliotecas.
|
“Algunas personas piensan que de las cosas malas y tristes es mejor olvidarse. Otras personas creemos que recordar es bueno; que hay cosas malas y tristes que no van a volver a suceder precisamente por eso, porque nos acordamos de ellas, porque no las echamos fuera de nuestra memoria” Graciela Montes
Acaso Graciela Montes fue una de las primeras que puso pie firme en la literatura pensada y escrita para chicos en relación al oscurísimo período de la historia argentina. Su libro El golpe y los chicos (Colihue – 1996) fue una piedra basal que si bien abrevó en otras fuentes, tuvo un impacto popular que permitió que semejante temática entrara en las casas en forma de literatura. Y también era difícil hacer algo distinto porque la vara había quedado altísima. Hasta que cuatro dúos de escritores e ilustradores respectivamente, se hicieron eco de cuatro historias distintas que se reunieron en el bellísimo Quien soy (Calibroscopio 2013). Allí, en “Manuel no es Superman”, el cuento que abre el volumen, Paula Bombara deja a Irene Singer que ilustre la historia de Manuel Goncalves, quien durante 19 años había sido Claudio Novoa. “¿Sabés, Athos?” continúa con la mano maestra de Iris Rivera y los lápices siempre inspirados de María Wernicke, para dar vida a la conversación casi confesional de una niña con su perro acerca de su vida y la, por lo menos, rara decisión del juez de que tenga dos familias, dos mascotas, dos nombres. En “Los hermanos” en cambio, María Teresa Andruetto lleva al papel un relato que es recreado desde los recuerdos de dos hermanitos que mantienen su vínculo apoyados en el amor fraterno; y que encuentra apoyo contudente en las cartulinas y tijeras (y juguetes y hasta pepas con dulce de membrillo), de Istvanch, siempre nuevo, siempre híper - creativo “Querido Melli”, en cambio, es un relato epistolar de una joven a su hermano mellizo, aún no encontrado. Mario Méndez, con mano maestra, pone en palabras las ansias de Sabrina (nieta recuperada número 96) de conocer a su hermano quien aún permanece con otra identidad (o no). El formato elegido es ideal para esa conversación con la esperanza y para dar cuenta de aquella barbarie. Pablo Bernasconi da el cuerpo ilustrado a esta historia con elocuentes imágenes que se relacionan a modo de libro – álbum con las palabras con una solvencia y originalidad que, no por habitual, deja de sorprender. Cada relato está acompañado de una breve nota donde los autores cuentan su encuentro con los protagonistas, tarea ardua y conmovedora en todos los casos y la experiencia de trasformarlo en un texto literario. En “Ganas de saber MÁS”, Paula Bombara cuenta cuál es la tarea de las Abuelas de Plaza de Mayo, qué es el ADN y cómo es el tránsito hacia la recuperación de la identidad. No se qué podrá pasarle a cada uno con la lectura de este libro. Conozco quienes lo han compartido con sus hijos y hasta sorpresivamente han encontrado que algunas páginas sirvieron para que aquellos hicieran sus primeros trazos. Se de quienes lo tenemos agrisadito, con el recuerdo intacto de la tapa blanca como la harina, con el rectángulo cortado donde se sienta uno de los que espera, expectante, el regreso de alguien. Para quien escribe estas líneas resulta uno de esos indispensable para leer en familia. Roberto Szmulewicz - Librería "El Profe" - Dina Huapi.
|
Comentarios: |