En Café a la Turca de este 27 de agosto 2018: entrevistas al Dr. Federico Bernal, experto en energía / Director General del Observatorio de la Energía, la Tecnología y la Infraestructura para el Desarrollo (OETEC), sobre “tarifazo y energía como variable de ajuste”,  y a la Dra. Ing. Verónica Garea (Directora de Fundación INVAP), sobre “el lugar de las mujeres en ciencia y tecnología”.

1)Federico Bernal, Bioquímico y Biotecnólogo, egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA), especializado en Microbiología Industrial, es  Director General del Observatorio de la Energía, la Tecnología y la Infraestructura para el Desarrollo (OETEC), pero básicamente es uno de los expertos en energía que viene investigando y denunciando con datos irrefutables y comprobables la “estafa del tarifazo” - título de su último libro-  que lleva adelante el actual Gobierno nacional de Mauricio Macri. Aunque claro está, sería imprescindible la actuación  de la justicia, hecho que por el momento no parece estar en agenda.

Para Bernal el único objetivo de los constantes tarifazos, que repercuten principalmente en los sectores más vulnerables y en las PyMEs (grandes generadoras de mano de obra), tienen como único objetivo transferir fondos de los consumidores hacia las empresas del sector, las que – casualmente o no – en su totalidad, están en manos de amigos, socios y/o testaferros del presidente Macri y de algunos de sus funcionarios de mayor injerencia en la toma de decisiones y aplicación de políticas públicas.

Para el experto, “estafa” es la definición más ajustada a la realidad: “el diccionario de la  Real Academia Española (RAE) la define como todo delito consistente en provocar un perjuicio patrimonial a alguien mediante engaño y con ánimo de lucro” y desde esa concepción no dudó en afirmar que “la energía es un derecho humano esencial  y un bien estratégico para la población y el normal funcionamiento de una Argentina autosuficiente, moderna y económicamente desarrollada, como ocurre en los países de mayor desarrollo a nivel mundial”.

Tras analizar el discurso de CAMBIEMOS desde la campaña electoral en 2015 hasta las medidas aplicadas en la actualidad, Bernal aseguró que “la salud energética de una Nación no pasa por el estado de bienestar de su balanza comercial sino por el de su pueblo, sus PyMEs, su sector científico-tecnológico, etc.”, porque de esta manera, no solo se castiga a los sectores populares y de la producción genuina, sino también se daña la salud de la población, “con la aparición de más enfermedades  y hasta muertes por hipotermia”, hechos todos prevenibles, arrinconando  a muchas personas y familias a decidir entre “alimentarse o calefaccionarse”.

Según su opinión la energía en la Argentina “comenzó desde 2015 un proceso tendiente a transformarse en un negocio multimillonario para un puñado de empresarios estafadores e inescrupulosos, amigos del poder de turno”.

2) Verónica Garea, Ingeniera Nuclear egresada del Instituto Balseiro, con Maestría en Matemática y un Doctorado en Física de la Ingeniería obtenidos en el Rensselaer  Polytechnic Institute (EE.UU), es la actual Directora de la Fundación INVAP (Investigaciones Aplicadas) y referente de reconocida trayectoria nacional e internacional en la defensa de los derechos de las mujeres. Desde ese lugar se refirió en esta entrevista a la situación de las mujeres en el ámbito de la ciencia y la tecnología,  sobre la que expresó que “no es muy diferente  a la de  las mujeres en la mayoría de las actividades  productivas de la sociedad  y tienen que ver con la economía del cuidado, con factores que tienen que ver con  los estereotipos, con la imagen que tenemos  de lo que es un científico y con toda una historia de la ciencia construida alrededor de  este concepto  de objetividad  que vale la pena cuestionar  para ver si es realmente objetividad, o si es una subjetividad masculina  occidental”.

Si bien el número  de mujeres que se dedican a la ciencia y tecnología aumenta de manera casi constante desde la segunda mitad del siglo XX, y   existen algunas especialidades en las que las mujeres ya son mayoría, continúan siendo pocas las que acceden a cargos jerárquicos y con poder de decisión, así como a los premios más emblemáticos del sistema científico. De hecho, históricamente la mujer en la ciencia tuvo roles importantísimos, pero fueron invisibilizadas. “Son muchas las mujeres que han hecho contribuciones importantes y la verdad es que  a la hora de mirar la lista de premios nobel, las mujeres hoy representan el 5% de  los premios otorgados  en todas las categorías”. Ese porcentaje, llamativamente,  es el mismo que en 1903, “cuando Marie Curie  ganó el primer premio nobel otorgado a una mujer”  informó. (El Premio Nobel de Física fue compartido junto a dos físicos más: su esposo, Pierre Curie y  Henri Becquerel. Fue recién en 1911 cuando se le otorgó en exclusividad el Premio Noble de Química. Desde siempre, se la conoce en el mundo con el apellido de su cónyuge y no como Maria Salomea Skłodowska)

Para la Dra. Garea, “la construcción de lo que es un científico, sigue pareciéndose más a un señor que a una señora” y si para muestra sobra un botón –como suele decirse-  hay un ejemplo que quizás sea donde debiéramos poner más atención, porque se gesta en la infancia, en donde los estereotipos que forjamos los adultos son copiados por nuestros hijos: “hay un proyecto muy interesante  que se viene haciendo desde 1983 –cuenta la Dra. Garea -  en el que se les pide a niños de distintos lugares del mundo que dibujen a un científico, y  el grueso de los niños dibuja un señor con guardapolvo blanco. El porcentaje de niños que dibujan señoras y no necesariamente con guardapolvo, ha ido aumentando, pero todavía está por debajo del 30 %”.

Sin embargo las diferencias no sólo pasan por un dibujo, sino por una serie de mandatos históricos y sesgados de patriarcado, muy notorios a la hora de, por ejemplo, poder disponer de tiempo suficiente para viajar, “imposibilitadas muchas veces porque somos responsables del cuidado de personas, que no solo involucra a niños, también personas con discapacidad  y adultos mayores” . En definitiva, situaciones íntimamente ligadas al lugar del cuidado, rol delegado desde siempre a las mujeres y que atraviesa, para esta mujer de la ciencia y la tecnología, “temas culturales, sociales y temas propios de  la ciencia en sí, a la que se pretende mostrar como una institución meritocrática , donde nos cuesta reconocer  que podemos tener alguna ventaja si nos va bien”.

En palabras de Verónica Garea  “hay una idea de construcción de la ciencia como un sacerdocio, y sabemos que el sacerdocio es una institución masculina”.

Su desafío: “instalar el tema en los lugares de trabajo para mirar con otros ojos, con más atención y reflexionar acerca de los procesos del trabajo científico y tecnológico y los roles de género, encontrando respuestas a las preguntas que nos hacemos las mujeres que trabajamos en ciencia y tecnología”.

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Roxana Arazi