Comparto con vos (oyente/lector), este audio “COVID-19: LA ÚLTIMA LLAMADA | Un alivio antes del respirador”, difundido en el programa ADN, que conduce Tomás Méndez por C5N. ¿Golpe bajo?; ¿bajísimo?. Sí. ¿Es necesario?. Y… a esta altura la verdad es que creo que es la única forma que algunos/as  entiendan que acá nos estamos jugando la vida…Que bailamos entre la vida y la muerte… y que nunca una relación así puede ser duradera…Imaginate enamorarte de tu futuro/a asesino/a??. Bueno, yo imagino que es más o menos así...

Quienes desafían a este virus, indudablemente erran de compañero/a. Será hoy, mañana, pasado... tal vez no ataque exactamente al miembro de esa pareja despareja. Pero quizás sí lo haga con algún familiar o amigo/a muy cercano al integrante de ese baile o de ese amor que sabe que está en riesgo, pero que insiste.

Todos nos vamos a morir. Hoy, mañana, qué se yo… Pero la verdad es que yo no quiero morir de esta manera, esperando una cama, un respirador… intubada… A lo mejor me toque algo similar por otra patología;  pero intentaré que no sea porque me relajé en este contexto; porque me relajé a riesgo de todo, pero además poniendo en riesgo a todos los que me rodean.

Tampoco será porque quise enriquecerme a costa de la vida de otras personas!!. Porque convengamos que es muy fácil reclamar que se abra todo desde la comodidad de dar órdenes, sin pensar en que tus empleados viajan en bondis atestados, que hacen cola para todo, que trabajan en lugares donde nunca se respeta el protocolo, porque ante todo hay que fac tu rarrrr...

La verdad es que si me toca, me iré al menos con la conciencia muy tranquila. Tranquila de saber que no minimicé esta pandemia; tranquila de saber que hice todo lo posible por cuidarme y por cuidar al otro, a la otra.

No quiero, de verdad, pasar por esta experiencia…Tengo miedo. Uds lo saben porque lo comento a diario.

Le tengo miedo al dolor, al sufrimiento, a la soledad de una habitación con ruidos a máquinas (aunque me dopen de tal forma que no escuche nada); le tengo miedo a estar conciente y vivir esa experiencia. Tengo miedo. Pero el miedo suficiente para que se me enciendan a cada rato las lucecitas de alerta y me recuerden que estamos en riesgo….

Ojalá vivamos para contarla… Ojalá pase pronto… Ojalá…

Mientras eso no ocurra, por favor te pido: no seas tan ambicioso/a; tan avaro/a; tan necio/a…Si podés no ganar por un tiempo y además podés colaborar con quienes no tienen nada, ¿para qué seguir empujando a los demás al riesgo de enfermarse o de morir??. No te entiendo;  creeme…no logro hacerlo; y mirá que lo intento...

Claro que es lindo tener dinero para poder darnos los gustos… Pero también es cierto que tu ambición puede provocar mucho daño. Muchísimo. Hasta la muerte de alguien.

Hace unas horas leí esta reflexión de Emir Sader, sociólogo y politólogo brasileño, que quiero compartir con vos:

“Si un mono acumulase más bananas de las que pudiese comer, mientras la mayoría de los otros monos mueren de hambre, los científicos estudiarían al acumulador para descubrir qué demonios estaba sucediendo con él. Pero cuando los humanos hacen lo mismo, se los coloca en la revista Forber…”

"Yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle, por eso no me deslumbró jamás la grandeza del poder y pude ver sus miserias. Nunca me olvidé de las miserias de mi pueblo y pude ver sus grandezas". Estas últimas palabras corresponden a Eva Duarte de Perón. Y hoy  - 7 de mayo – se cumple un nuevo aniversario de su natalicio (7/05/2019). Evita…esa mujer a la que algunos odian y otros aman con la misma intensidad. Pero de la que no podrán decir jamás que no miró a los más necesitados…

Hoy ese es el desafío. Mirar que a nuestro alrededor hay mucha gente que no tiene nada. Y quizás, vos, que te quejás tanto, aún no pudiste darte cuenta que no es necesario tener más…

“El apetito no es hambre…” (Gabo Ferro).

Roxana Arazi