María Teresa Andruetto es una de las escritoras argentinas que ha logrado ser paciente, como pocos, para poder ver sus obras publicadas. Nunca le preocupó. Quizás porque en su fuero más íntimo sabía que ese día llegaría, pese a que se encarga de aclarar que para ella “era impensado”. “La Tere”, como la llaman afectuosamente no sólo en su círculo íntimo sino aquellos que admiran sus obras, logró que se publicara su primer libro recién cuando asomaban sus 40 años de edad. Hoy tiene 65 años y cuenta en su haber con gran cantidad de libros del género narrativo para adultos, niños y jóvenes; antologías; ensayos y poesías y ha obtenido numerosos premios y menciones, dentro de los que bien vale destacar el “Hans Christian Andersen”, el Premio Bianual de Literatura Infantil más reconocido del mundo, convirtiéndose en la segunda hispanohablante en la historia en ganarlo. Hasta ese momento, año 2012, solo había sido merecedor del mismo el autor español José María Sánchez-Silva (Marcelino, pan y vino)  en 1968, compartido con su colega alemán James Krüss. Y en Latinoamérica, solo Brasil lo había obtenido en dos ocasiones (Lygia Bojunga Nunes, 1982, y Ana María Machado, 2000).

Dialogar con María Teresa Andruetto es trasladarse hacia la zona de las Sierras Chicas de Córdoba, precisamente a su casa en Cabana, “vocablo que proviene de cahuana y que –explica- significa mirador”, a pocos km del Valle de Unquillo, e imaginarla escribiendo sin prisa, leyendo varios textos  a la vez, los propios en elaboración, algún libro de sus autores preferidos y con el privilegio de tener en sus manos “textos que aún no han sido publicados” que le llegan pidiendo la necesaria  mirada y apreciación de quien sabrá criticar respetuosa y amorosamente.

Pero en la vida de Andruetto no todo es lecto escritura, pese a que en esta etapa de su vida puede disponer de “todo el tiempo”. “La Tere” se encarga de “obstaculizar” su propia escritura, porque no le parece “bueno” dedicarse en exclusiva a su pasión. Imaginación mediante, recurso que nos permite la radio, no sólo la pudimos observar  elaborando “ un conejo al vino acompañado con arroz yamaní y –de postre-  unas peras al malbec”, sino que logró también provocarnos y que llegáramos a saborizar lo que humeaba en su cocina, a unos 1600 km aproximadamente de distancia desde el estudio de FM Horizonte, en Bariloche, hasta su hogar en las sierras cordobesas.

En su relato se percibe que así como escribe con amor, recibe a quienes la visitan. Al momento de esta entrevista, Maria Teresa Andruetto cocinaba para “un par de amigos que, además, vendrán con dos brasileños que están haciendo su tesis de postgrado sobre mi obra”. Y aunque no la podemos ver, la vemos disfrutando. Para ellos, a quienes no conocía aún, y porque desconocía si les agradaría el conejo,  preparó por las dudas, “un pollo” que, como el conejo, provienen de su propia “granjita”, como la define.

Esta inmensa escritora argentina que desde pequeña dio rienda suelta a su vocación, y que tuvo que aguardar 40 años hasta ver publicado su primer libro, pasó por distintos trabajos en su vida hasta poder llegar a este momento en donde vive de la escritura exclusivamente. Pero siempre escribió. Siempre, desde muy pequeña. María Teresa Andruetto afirma que “siempre pude escribir acomodándome a las condiciones que tenía”. Será porque para esta mujer de letras cargadas de sentimientos, es inevitable hacer lo que uno ama, “cuando el deseo es muy grande”.

(Nota: esta entrevista fue posible gracias a la colaboración de Roberto Szmulewicz, responsable de Librería "El Profe", Dina Huapi - pcia. de Río Negro)

Roxana Arazi