Desde el año 2010 el grupo de música La Maroma (Bariloche), creado e integrado por Marisa Di Giambatista y Cristina Villafañe,  lleva a cabo  el espectáculo para niños y grandes llamado “Cantos de Vida en el Sur”,  con canciones  especialmente escritas y compuestas sobre la flora y fauna autóctona de nuestra región andino patagónica.

Dicho proyecto consiste en difundir en los establecimientos educativos locales, centros comunitarios y culturales de Bariloche y zonas aledañas, un variado repertorio de canciones con diversos ritmos folklóricos argentinos.

Con mucho esfuerzo personal, el aporte de las comunidades que las convocan, principalmente escuelas públicas de la ciudad y de la Línea Sur rionegrina y en ocasiones también con el apoyo del gremio docente UNTER, La Maroma intenta acercar su música como una forma de vincular a los niños y niñas de la zona, con la flora y fauna del lugar, generando un verdadero compromiso con la naturaleza.

Creado e integrado por Marisa Di Gambatista y  Cristina Villafañe, La Maroma lanzó en 2012 su primer CD “Cantos de Vida en el Sur”,  el que fue repartido gratuitamente en las escuelas de la región. A partir de allí su música comenzó a ser parte de distintas instancias culturales y educativas, no sólo a nivel local, sino también en la Patagonia y a nivel nacional. Desde 2014 sus  canciones fueron difundidas en el canal PAKA PAKA, con ilustraciones de Pablo Bernasconi y animación del centro audiovisual de la Universidad de Río Negro. Ese micro programa, de 13 canciones animadas, fue galardonado con dos premios Lanín de Oro.

En noviembre del 2014 salió su segundo CD “Yo vivo aquí en el Sur”, distribuido por el sello Gobi Music y en  2015 el grupo fue convocado por el programa ¿Saben quién soy?, de Canal 10 de Río Negro, en el que además de compartir sus canciones brindaron un taller de construcción de instrumentos musicales. En abril de 2016 se editó el primer cancionero con letras, partituras y explicaciones de las canciones de su primer disco. En julio de 2017 fue editado un nuevo cancionero correspondiente a su segundo disco. En ambos casos se contó con la participación de Parques Nacionales.

En Café a la Turca del 12 de junio pasado, Marisa Di Giambatista recordó que durante 2013 y 2014 fueron parte del “taller de música itinerante del programa Música entre todos del Ministerio de Educación de la Provincia de Río Negro”, con el que llegaron a numerosas escuelas y principalmente a lugares donde el acceso a eventos artísticos es escaso hasta que, como tantos otros programas de interés y asistencia, “ese plan se cayó”. Pese a ello La Maroma decidió continuar, claramente con más esfuerzo propio que aportes y valorando principalmente la retribución afectuosa de los más pequeños como un abrazo, la galletita compartida de la propia merienda o un dibujo que refleja hasta dónde ingresó su  música en el alma de los pequeños.

Hay lugares, particularmente de la Línea Sur, donde han debido postergar las presentaciones “hasta que el clima invernal” les permita llegar sin inconvenientes.  Pero sí tienen previsto estar en los próximos días en El Bolsón y en distintos establecimientos educativos de Bariloche y el próximo 23 de junio presentarse  en Espacio Arte, en el marco de un ciclo de espectáculos infantiles variados, con su 3er disco  “Desde el lago hasta el mar”, basado en una recorrido por Bariloche, Puerto Madryn, Rawson y Trelew.

La Maroma  fue declarada de” interés por el medio ambiente” por el Concejo Deliberante local (además de las distinciones de interés cultural, social y educativo que fueron recibiendo a nivel nacional, provincial y municipal con nteroridad) lo que les permitirá concretar además una futura gira por el Alto Valle, Viedma y zonas cercanas a Bariloche. En ocasiones, acompañan a Marisa y Cristina, Ezequiel “el mago” Ruiz, músico multinstrumentista  y compositor  y Otto Gómez, un joven trombonista arribado a Bariloche hace un año y medio.

Como tantas mujeres de la música barilochense, Marisa y Cristina también se sumaron a “Mujeres en la música”, grupo recientemente conformado que trabajan para lograr equidad de género  en las presentaciones musicales en la ciudad “en consonancia con lo que el movimiento femenino está promocionando y procurando en la lucha sobre diversos aspectos” . Sobre la música específicamente, Di Giambatista señaló que “antiguamente era muy difícil encontrar mujeres músicas independientes y no estaban bien vistas” y ejemplificó con su mamá que “es bandoneonista y tocaba de jovencita en una orquesta de señoritas “, aunque -recuerda - siempre le contaba que “en su colegio secundario, nunca le contaba a nadie que era música y tocaba el bandoneón, porque tenía miedo a que pensaran mal de ella”. Es que como tantos otros, existía el tabú que “la mujer música no era una chica de su casa…”.

En Bariloche, a excepción de los espacios tradicionales abiertos a todas las expresiones culturales sin distinción, a las mujeres rara vez se las convoca para tocar en alguno de los lugares gastronómicos en los que suelen realizarse espectáculos musicales. “Es muy difícil” aseguró Marisa quien opinó además que es “muy raro que alguien quiera invertir en shows en vivo”. Con suerte les queda la opción de pasar la gorra (https://araziroxana.com.ar/nota/208/reconocimiento-a-la-gorra? ).

Para la música barilochense hay algo mucho más preocupante aún y es que “Bariloche está en deuda con la cultura”. A decir verdad  se torna prácticamente incomprensible y hasta inaceptable que una ciudad con cerca de 150 mil habitantes, con un flujo turístico que cada vez es menos estacional y definida como “portal de ingreso a la Patagonia Argentina”, no posea un “teatro municipal” como lo tienen hasta los pueblos más pequeños. De la misma manera que se hace necesaria, desde hace años, una “escuela de música”. Ambos proyectos, largamente solicitados por gran parte de la comunidad, siempre han sido - y lo siguen siendo - postergados. “Hay 30 chicos de Bariloche que estudian profesorado de música a distancia”, carrera que sí se dicta en San Martín de los Andes (Neuquén), comentó Marisa. Pero hay muchos más que no pueden acceder ni siquiera a esa opción y la escuela se torna imprescindible. Por el momento sólo resta esperar el clima de campaña, de cara al 2020, y aguardar para escuchar propuestas que endulcen los oídos de los ciudadanos y, a partir de que quien obtenga la mayoría ocupe el sillón del Centro Cívico, exigir la concreción de ambas obras adeudadas.

Roxana Arazi