El Presidente de Argentina, Mauricio Macri, expresó en abril de 2018, en el marco de la asamblea anual del Consejo Mundial de Agentes de Viajes y Turismo que se desarrolló en nuestro país, que “el turismo es un sector que es pura potencia para la Argentina y es esencial para nuestro desarrollo”. En aquella ocasión, como lo hace cada vez que se refiere a dicha actividad, el primer mandatario destacó que desde el Estado se le estaba otorgando al turismo “un impulso como nunca antes” y citó a modo de ejemplo “la revolución de los aviones” (low cost), “la modernización de los 19 aeropuertos en todo el país” y “nuevas rutas que nos permiten acercarnos entre nosotros y con el mundo, y que está dando resultado”.

También supo afirmar que “el turismo no para de crecer” y compartió datos que se contraponen hasta con las cifras oficiales del propio INDEC, como por ejemplo que “en 2017 hubo un millón y medio más de pasajeros que en 2016”, que “la cantidad de turistas extranjeros crece ininterrumpidamente desde hace un año” y que desde su asunción como Presidente, y a raíz de la llegada de las low cost, “rompimos récord de vuelos y de ocupación hotelera” en un sector que “crece  hace 18 meses”.

Antes de cerrar esa jornada frente a representantes del mercado de la industria sin chimenea de distintos países del mundo, Mauricio Macri afirmó también que para un gobierno que “ha asumido como principal objetivo reducir el doloroso índice de pobreza que tenemos, ayudando a salir adelante a la población más vulnerable, el trabajo es un objetivo central y prioritario”. Y en ese sentido, aseguró que “el turismo es desarrollo, el turismo es la oportunidad de una verdadera transformación, pero transformación en todo el país, en miles de pueblos y ciudades a lo largo y a lo ancho de la Argentina”.

A solo un año y dos meses de ese discurso del Presidente, resulta al menos llamativo que, tras cotejar estadísticas que para el mandatario nacional implican “crecimiento” pero que no coinciden ni siquiera con las del propio INDEC, la realidad sea absolutamente distinta y que Mauricio Macri insista en “esta etapa de desarrollo de la Argentina”, una nación que, a sus ojos, "ha vuelto al mundo”.

Algunas de las cifras que sirven para poder cotejar discurso con realidad indican que en el primer cuatrimestre de 2019 llegaron al país 1.083.100 turistas no residentes mientras que  las salidas de argentinos al exterior fue de 1.489.300, es decir más de los que ingresaron. Sólo en abril de este año Argentina recibió 243.000 visitas de extranjeros (con un alza del 12%) y con una estadía promedio de 12 noches, pero  viajaron al exterior 316.900 residentes -sufriendo una caída del 23,6%- con una estadía promedio de 14,5 noches. Así, la balanza del turismo internacional sigue siendo negativa con un saldo de -73.451 turistas.

Las salidas al exterior, en abril, alcanzaron un total de 316,9 mil turistas residentes, cifra que registró un descenso interanual de 23,6%. Respecto de marzo de este año, el turismo emisivo disminuyó 18,2%. En los cuatro primeros meses del año, las salidas totalizaron 1.489.300 de turistas residentes y acumularon una caída interanual de 18,5%. Los aeropuertos de Ezeiza y Aeroparque representaron el 79,6% de las salidas de turistas residentes en el período analizado, con una disminución de 19,2% respecto al mismo período del año anterior.

El saldo de turistas internacionales en abril resultó negativo en 73,5 mil para toda la vía aérea internacional. Queda claro que también el panorama para la actividad turística es cada vez más complejo (Fuente: Turismo530.com ).

En declaraciones exclusivas para Café a la Turca, el pasado 19 de junio, el ex Ministro de Turismo de la Nación Enrique Meyer (2010 – 2015) y anteriormente Secretario de Turismo de Argentina (2003 – 2010), analizó las actuales políticas en materia turística, desde el impacto para la actividad que implica la degradación del Ministerio a Secretaría; la eliminación de la Unidad Ejecutora que permitía obtener créditos internacionales;  la tan mencionada “revolución de los aviones” en referencia a las distintas líneas aéreas low cost que fueron habilitadas a volar numerosas rutas y que hoy se encuentran en estado crítico y varias de ellas ya han anunciado que se retirarían del mercado argentino; la marcada desprotección a la línea de bandera (Aerolíneas Argentinas); la falsedad  de las cifras en materia de arribo de turistas durante estos 3 años y medio y el abandono de los históricos hoteles destinados al turismo social, como el emblemático caso de Embalse de Río IIIº en Córdoba entre otros aspectos que claramente se contraponen con los discursos del Presidente Mauricio Macri quien insiste, aunque los datos de la realidad muestren todo lo contrario, que “el turismo es la oportunidad de una verdadera transformación en todo el país, en miles de pueblos y ciudades a lo largo y a lo ancho de la Argentina”.

Para Enrique Meyer no es posible transformación alguna y menos aún un crecimiento de la actividad “cuando no hay políticas públicas que acompañen el desarrollo y mientras se implementen acciones sin planificación ni sostén, como el ingreso de las low cost” al país.

Sabe que en octubre el panorama electoral puede volver a ubicar en el podio, esta vez como Vice Presidenta de Argentina, a Cristina Fernández de Kirchner, precedida por Alberto Fernández como Presidente de la Nación y si bien dice no haber sido convocado para retomar el cargo que supo desempeñar, reconoce que colabora asesorando en lo que a su área respecta para instalar la fórmula FF de cara al 2010.

Roxana Arazi