La industria editorial en Argentina se encuentra en “terapia intensiva”.  La desmedida inflación, las corridas cambiarias, el disparo del dólar, el monopolio del papel y  la caída del poder adquisitivo de prácticamente todos los sectores, obligan a dejar de lado los libros. O mejor dicho su compra. Sin embargo, pese a coincidir en el diagnóstico, están quienes deciden seguir adelante, como sea, reinventándose, cuidando a los lectores, acomodándose a la realidad de cada día, porque entienden el acceso a la cultura como un derecho humano.

Así lo entienden, por ejemplo,  Ediciones de la Terraza y Editora Caballo Negro, ambas de Córdoba, que siguen apostando a productos de calidad para fomentar la lectura, en un país donde los libros comienzan a ser considerados  “objetos suntuosos” y porque son concientes que sin acceso a los libros, se allana el terreno para cualquier tipo de dominación o sometimiento.

En Café a la Turca de este miércoles 12 de septiembre, Barbi  Couto (Ediciones de la Terraza) y Alejo Carbonell (Editora Caballo Negro), compartieron sus experiencias y, vale decirlo, aunque saben que no es ni será sencillo afrontar  los precios del papel, fijados por el monopolio “Papel Prensa”, ni  la merma en las ventas, se resisten a pensar en bajar los brazos. Y apuestan. Día a día. Y se  nota claramente en sus producciones.

El actual gobierno nacional da muestras acabadas del poco interés en proteger la industria con medidas como la liberación de importaciones, para lo cual existieron restricciones hasta el 2015; la eliminación del Plan Nacional de Lectura (a través del cual el Estado compraba libros para todas las escuelas del país) y del Plan Letras Argentinas (que llevaba colectivos de editoriales por el país con un stand del Ministerio de Cultura de la Nación) y la degradación de este último organismo del estado a Secretaría, derivando además parte de su presupuesto a las áreas de Defensa y Seguridad.

Ambas son editoriales de las consideradas pequeñas dentro del mercado que agrupa además a las grandes editoriales y a las medianas, con recorridos más pequeños en el circuito de producción y venta  y no exportan. Sin embargo, se destacan por sus libros de excelente calidad (en todos los aspectos). Ambas tienen su base en la ciudad de Córdoba, donde existen alrededor de 40 editoriales. Y a ese público apuntan principalmente, tratando de cuidar sus precios, en franca colaboración con las imprentas que son las que absorben los aumentos del papel y tratan de no trasladarlo en su totalidad a las editoras, pero por sobre todo cuidando a su clientes, los que acompañan todo el año y a los que cada vez les cuesta más invertir en un libro.

Será esa misma empatía, la de pensar también en el otro, la que hace que tanto Barbi como Alejo, se corran de la queja para resaltar que hay crisis más profundas como la de la salud y la educación y  situaciones muy preocupantes como la de la gente que vive en las calles. Y entonces prefieren seguir, redoblar esfuerzos, reinventarse y por sobre todo, pensar en un futuro no muy lejano en mejores condiciones para todos.

Al decir de esta cronista Barbi y Alejo “se la bancan”. Son un ejemplo interesantísimo para imitar y evitar caer en la desidia que provocan estos tiempos.

Y como dice de ellos Roberto Szmulewicz (de librería “El Profe” – podés leer sus recomendados en la sección Literatura de esta misma web- ): Barbi y su equipo; Alejo y su equipo: “Supuran libros y saben comunicarlo. Llevan años en esto; apuestan a mecanismos diversos para la publicación de sus obras y representan a una camada de gente formada en las universidades públicas ó en el gremio. No les da lo mismo trabajar de esto o de otra cosa”.

(Nota: no pierdas la ocasión de conocer sus trabajos en:  www.edicioneslaterraza.com.ar / www.caballonegroeditora.com.ar y de escuchar el programa completo desde acá:)

Roxana Arazi